Los mineros Bitcoin se enfrentan a una fuerte reducción de sus ganancias a medida que la potencia de procesamiento de la red alcanza niveles récord. Mientras más mineros compiten por asegurar la blockchain, la recompensa por unidad de potencia de procesamiento está disminuyendo, lo que incluso deja a algunos de los operadores más grandes con dificultades para alcanzar el punto de equilibrio.
La minería Bitcoin ha sido durante mucho tiempo un negocio floreciente para emprendedores que buscan extraer trac criptomoneda. Sin embargo, este proceso, que consume mucha energía, se ha vuelto mucho menos rentable debido al aumento vertiginoso de los costos de la electricidad.
Sin embargo, la creciente competencia, la caída del precio de Bitcoiny el aumento de los costos operativos están empezando a poner a prueba la industria. El reto de mantener la rentabilidad de la minería es tan grande que muchos mineros están explorando la computación de alto rendimiento y otras cargas de trabajo de inteligencia artificial para buscar nuevas fuentes de ingresos.
En octubre de 2025, la tasa de hash de la red Bitcoin superó por primera vez la marca de 1,1 zettahashes por segundo. La tasa de hash es la potencia computacional total dedicada a proteger la red y validar las transacciones. Si bien tasas de hash más altas contribuyen a la seguridad de Bitcoin, también dificultan la minería. Los mineros ahora se enfrentan a una mayor competencia por las mismas recompensas, y solo los operadores más eficientes pueden mantener márgenes saludables.
Mientras tanto, el "precio del hash", una medida crucial que denota los ingresos por unidad de potencia computacional, se ha desplomado. Para noviembre, había caído a aproximadamente $35 por PH/s, su nivel más bajo en más de cinco años. La caída de los precios Bitcoin y la disminución de las comisiones por transacción están agravando el problema. A medida que disminuyen las recompensas en monedas por hash, muchos mineros tienen dificultades para recuperar sus costos de electricidad y equipos. Los plazos de recuperación de la inversión para las nuevas plataformas se extienden a más de 1200 días, o más de tres años.
Para mantenerse a flote, muchas empresas mineras se están endeudando considerablemente. La deuda convertible y otros instrumentos financieros son ahora cruciales para pagar las cada vez más altas facturas de energía, actualizar equipos y cubrir los gastos diarios. Los mineros públicos, en particular, han aprovechado agresivamente el mercado de deuda en los últimos meses, buscando preservar la liquidez ante Bitcoin .
Esto ya sobrecarga aún más las finanzas debido al aumento de los gastos generales. Las tarifas eléctricas en algunas de las principales regiones mineras son más altas, y los equipos de segunda mano son más caros que nunca. Las empresas se enfrentan a obstáculos regulatorios y logísticos, como retrasos en la obtención de permisos, dificultades en la cadena de suministro y el cumplimiento de la normativa.
Otros acumulan Bitcoin como cobertura ante la incertidumbre del mercado. Un mayor inventario puede proteger a las empresas de las fluctuaciones de ingresos a corto plazo, pero también las expone a fluctuaciones de precios, lo que aumenta su incertidumbre financiera. Esta necesidad se ha intensificado a medida que los mineros se enfrentan a una mayor presión sobre sus bajos márgenes y su creciente deuda.
A medida que se intensifica la presión, varios mineros investigan la computación de alto rendimiento (HPC) y las cargas de trabajo de inteligencia artificial para generar nuevas fuentes de ingresos. Las empresas ya no esperan minar Bitcoin directamente; en su lugar, están migrando su infraestructura para alojar GPU para servicios de IA en la nube y otras tareas de alto consumo de recursos.
Grandes operadores han cerrado acuerdos a largo plazo con empresas tecnológicas para ofrecer dichos servicios. Otros están apostando todo, abandonando gradualmente la minería tradicional Bitcoin para centrarse en el negocio de los centros de datos de IA. Para empezar, Bitfarm afirma que abandonará Bitcoin para 2027 y redirigirá los cientos de megavatios actualmente asignados a la minería de criptomonedas para facilitar la computación de IA.
Sin embargo, en medio de estas dificultades, algunos mineros están encontrando nuevas oportunidades. Las empresas que cotizan en bolsa han experimentado cierta recuperación en los precios de sus acciones, en parte gracias al entusiasmo de los inversores por la transición a la IA y la HPC.
Los analistas dicen que las empresas capaces de gestionar los costos de manera efectiva y diversificar sus operaciones saldrán mástron, mientras que las mineras menos eficientes pueden tener dificultades o verse obligadas a salir del mercado.
Sin embargo, el camino a seguir está lejos de ser claro. El precio de Bitcoin sigue siendo volátil, y la dificultad y la tasa de hash siguen aumentando. Además, hay que considerar los costos de energía, los desafíos regulatorios y los requisitos de capital para el crecimiento. El próximo año podría ser un momento decisivo para la industria en general, uno que divida a las empresas capaces de cambiar de aquellas destinadas a permanecer estancadas en sus métodos.
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