OpenAI ha presentado una propuesta oficial a la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca sobre cómo deberían reestructurarse los créditos fiscales de acuerdo con los créditos previstos en la Ley de Chips y Ciencia.
En una carta, el director de asuntos globales de OpenAI, Chris Lehane, solicitó que el crédito fiscal existente del 35% para la fabricación de semiconductores se amplíe para incluir los centros de datos de IA, la producción de servidores y los componentes esenciales de la red eléctrica.
Esta medida subraya los esfuerzos de OpenAI por reducir los costos de la infraestructura para la inteligencia artificial avanzada. Lehane argumenta que un crédito fiscal más amplio reduciría el costo efectivo del capital, disminuiría el riesgo en las inversiones iniciales y liberaría financiamiento privado que podría acelerar el desarrollo de la infraestructura de IA en Estados Unidos.
La empresa también sostuvo que permitir que las sanciones siguieran en vigor sería un paso hacia la garantía de la existencia de una cadena de suministro nacional para materiales y componentes críticos, como aceros especiales, transformadores y otros equipos eléctricos necesarios en centros de datos de alta capacidad.
Este impulso se produce después de que OpenAI acordara recientemente la compra de capacidad por valor de 38 000 millones de dólares a Amazon Web Services. Amazon señaló en un comunicado de prensa que OpenAI utilizará cientos de miles de unidades de procesamiento gráfico (GPU) de Nvidia en Estados Unidos para ejecutar cargas de trabajo en la infraestructura de AWS, con planes de aumentar la capacidad en los próximos años.
Amazon afirmó que el rápido avance de la tecnología de IA ha generado una demanda sindentde potencia informática. Según Amazon, la fase inicial del acuerdo utilizará los centros de datos de AWS ya existentes, y posteriormente ampliará su infraestructura de OpenAI.
La solicitud de OpenAI surge en un contexto de creciente preocupación por los costos y la financiación de la infraestructura de IA. La compañía ya se ha comprometido a invertir 1,4 billones de dólares en centros de datos y chips para desarrollar sistemas de IA aún más avanzados. Sus planes de inversión han desconcertado a algunos en el sector, dado que OpenAI ha empleado mecanismos de financiación innovadores para respaldar esta expansión.
Esta semana, la directora financiera Sarah Friar generó controversia al sugerir que quizás el gobierno estadounidense podría desempeñar un papel en el financiamiento de la infraestructura de IA. OpenAI declaró de inmediato que no busca un rescate federal y afirmó que Friar estaba equivocada.
La administración ha sido categórica al no apoyar un respaldo financiero directo para las empresas de IA. El zar de la IA y las criptomonedas de la Casa Blanca, David Sacks, ha declarado públicamente que no habrá rescate federal para la IA.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, aseguró que la empresa busca medidas para fortalecer el sector estadounidense de la IA y los semiconductores, no préstamos ni garantías para sus propias operaciones. «Una sólida cadena de suministro estadounidense, desde la fabricación de semiconductores y transformadores hasta el acero en bruto, beneficiaría a todos los clientes de la industria y a otros sectores que dependen de esos elementos, y debería ser de interés para la seguridad nacional», afirmó Altman.
La carta también sugería que los fabricantes del sector de la IA podrían recibir pronto un mayor apoyo gubernamental a través de subvenciones, préstamos o acuerdos de reparto de costes.
Este impulso tendría como objetivo proteger el mercado de las distorsiones derivadas de la competencia internacional, incluida la de China, y reducir los plazos de entrega en áreas como la infraestructura. En otro informe técnico publicado en septiembre, la empresa también señaló que las garantías de préstamos permitirían a las empresas de IA adquirir chips fabricados en EE. UU. en grandes cantidades sin preocupaciones, lo que aumentaría la demanda nacional de chips y reduciría los costos para los desarrolladores de IA.
La Ley de Chips, cuyo objetivo original era la fabricación de chips, solo ha desembolsado una pequeña parte de sus fondos hasta la fecha. El plan de OpenAI se alinea con un objetivo de la administración Trump de mejorar la competitividad de Estados Unidos en IA mediante la promoción de la inversión nacional en infraestructura considerada esencial.
También podría ayudar a acelerar el despliegue de centros de datos de IA y otras infraestructuras, aumentando así las probabilidades de que Estados Unidos siga siendo un líder en tecnología de IA mediante el desarrollo de ecosistemas de IA para la fabricación en Estados Unidos.”
Aunque la administración no ha respondido públicamente a la carta de OpenAI, esta sirve como ejemplo de cómo las empresas de IA están entrando en una nueva fase de influencia sobre la política industrial y tecnológica de Estados Unidos. La propuesta de OpenAI de un crédito fiscal más amplio refleja su opinión de que las políticas públicas podrían facilitar el rápido despliegue de la IA, preservando al mismo tiempo la capacidad manufacturera del país.
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