El Yen japonés (JPY) extiende su racha ganadora por tercer día consecutivo frente al Dólar estadounidense (USD) el jueves, mientras el Dólar se desliza a un mínimo de varios días en medio de las preocupaciones persistentes sobre el prolongado estancamiento comercial entre EE.UU. y China. Al momento de escribir, el USD/JPY cotiza alrededor de 150.35, bajando un 0.45% en el día.
Las crecientes tensiones entre Washington y Pekín continúan pesando sobre el sentimiento de riesgo después de que ambas partes revelaran nuevas medidas de represalia. Los mercados permanecen en tensión ya que el prolongado cierre del gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) añade otra capa de incertidumbre a un panorama macroeconómico ya frágil.
Sumando a los problemas del Dólar, los inversores mantienen firmes expectativas de un mayor alivio de la política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed) en los próximos meses. Según la herramienta CME FedWatch, los mercados están valorando recortes de tasas de 25 puntos básicos en las reuniones de octubre y diciembre.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que rastrea el valor del Dólar frente a una cesta de seis monedas principales, cotiza cerca de su nivel más bajo desde el 7 de octubre, alrededor de 98.41, presionado en general frente a sus principales pares.
Mientras tanto, en Japón, la creciente incertidumbre política tras el colapso de la coalición LDP-Komeito de larga data ha dejado a la recién elegida líder del LDP, Sanae Takaichi, luchando por formar una alianza gubernamental, con negociaciones en curso con el Partido de Innovación de Japón (JIP). El incierto trasfondo político podría limitar las ganancias adicionales del JPY hasta que la situación se estabilice y las perspectivas mejoren.
Por separado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó al Banco de Japón (BoJ) a proceder "muy gradualmente" con la normalización de la política, enfatizando la necesidad de mantener flexibilidad dadas las frágiles condiciones globales. El Fondo también aconsejó a Tokio fortalecer la disciplina fiscal y evitar estímulos no dirigidos en medio de crecientes presiones de deuda.