La actividad económica en el sector manufacturero de EE.UU. ganó algo de ritmo en junio, con el PMI manufacturero ISM avanzando a 49.0 desde 48.5 en mayo, superando las expectativas de los expertos de 48.8.
El índice de empleo cayó ligeramente a 45.0 desde 46.8 en mayo, lo que sugiere que las nóminas del sector enfrentan algunos vientos en contra. Mientras tanto, el índice de precios pagados, que mide la inflación, subió un poco a 69.7 desde 69.4. Finalmente, el índice de nuevos pedidos se redujo a 46.4 desde 47.6 en la lectura anterior.
Del comunicado: "En cuanto a la producción, el índice de producción aumentó mes a mes y ahora se encuentra en territorio de expansión; sin embargo, el índice de empleo cayó más profundamente en contracción, ya que gestionar el número de empleados sigue siendo la norma, en lugar de contratar. Los indicadores mixtos en la producción sugieren que las empresas aún son cautelosas en sus contrataciones, incluso con un aumento en la producción", argumentó Susan Spence, MBA, presidenta del Comité de Encuesta de Negocios Manufacturero del Institute for Supply Management (ISM).
El Dólar estadounidense (USD) opera con un marcado sesgo bajista el martes, rondando mínimos de varios años alrededor de 96.60 mientras los inversores evalúan los datos publicados así como los comentarios del presidente Powell en el Foro del BCE.
El Producto Interior Bruto (PIB) de un país mide la tasa de crecimiento de su economía durante un periodo de tiempo determinado, normalmente un trimestre. Las cifras más fiables son las que comparan el PIB con el trimestre anterior (por ejemplo, el segundo trimestre de 2023 con el primero de 2023) o con el mismo periodo del año anterior (por ejemplo, el segundo trimestre de 2023 con el segundo de 2022).
Las cifras trimestrales anualizadas del PIB extrapolan la tasa de crecimiento del trimestre como si fuera constante para el resto del año. Sin embargo, pueden ser engañosas si las perturbaciones temporales afectan al crecimiento en un trimestre pero es poco probable que duren todo el año, como ocurrió en el primer trimestre de 2020 con el estallido de la pandemia de coronavirus, cuando el crecimiento se desplomó.
Un resultado del PIB más alto suele ser positivo para la moneda de una nación, ya que refleja una economía en crecimiento, que tiene más probabilidades de producir bienes y servicios que puedan exportarse, así como de atraer una mayor inversión extranjera. Del mismo modo, cuando el PIB cae suele ser negativo para la moneda.
Cuando una economía crece, la gente tiende a gastar más, lo que provoca inflación. El banco central del país tiene entonces que subir los tipos de interés para combatir la inflación, con el efecto secundario de atraer más entradas de capital de inversores mundiales, lo que ayuda a la apreciación de la moneda local.
Cuando una economía crece y el PIB aumenta, la gente tiende a gastar más, lo que provoca inflación. Entonces, el banco central del país tiene que subir los tipos de interés para combatir la inflación. Unos tipos de interés más altos son negativos para el Oro porque aumentan el coste de oportunidad de mantener Oro frente a colocar el dinero en una cuenta de depósito en efectivo. Por lo tanto, una mayor tasa de crecimiento del PIB suele ser un factor bajista para el precio del Oro.