El Banco de Japón anunciará su decisión de política monetaria el martes a primera hora. Como es habitual, se prevé que el banco central mantenga sus tipos de interés sin cambios, con la tasa principal referencia estable en el -0.1%, a pesar de que la inflación en Japón ha estado por encima del objetivo del 2% del banco central durante casi dos años. Además, es probable que los responsables políticos mantengan intacto el Control de la Curva de Rendimientos (YCC, por sus siglas en inglés), que actualmente permite que el rendimiento de los Bonos del Estado japonés (JGB, por sus siglas en inglés) a 10 años suba en torno al 1.0%.
El Yen japonés (JPY) ha estado en retroceso desde marzo de 2022, con el par USD/JPY disparándose a un máximo de varios años de 151.94 en octubre de 2022. El Yen se recuperó a lo largo de noviembre y diciembre, cuando el Banco de Japón endureció "de facto" la política monetaria al aumentar su tolerancia con los rendimientos a largo plazo. Por aquel entonces, el interés especulativo creía que las autoridades japonesas estaban en las primeras fases de abandonar la política monetaria ultra-flexible. Sin embargo, a medida que avanzaba 2023, el par reanudó su avance, ya que el gobernador Kazuo Ueda no dio señales de dar un giro en la política monetaria del banco central. Antes de la decisión, el par cotiza en torno a 148.00.
Mientras tanto, el Índice de Precios al Consumo (IPC) subyacente de Japón aumentó un 2.3% interanual en diciembre de 2023, ralentizándose desde el 2.5% de noviembre y registrando la lectura más baja desde junio de 2022. Las cifras socavaron aún más las probabilidades de un cambio en la actual política monetaria, considerando además que los responsables políticos se abstuvieron de actuar cuando las presiones del IPC eran mucho mayores.
Otro factor que ha contribuido a la decisión del banco central es el crecimiento salarial. El crecimiento de los salarios es una parte fundamental de las presiones sobre los precios, ya que los aumentos salariales suelen desencadenar preocupaciones inflacionistas. De hecho, la falta de crecimiento salarial explica en parte el estancamiento japonés y la decisión de adoptar una política monetaria ultra-flexible allá por 2016.
Durante la mayor parte de 2023, Japón experimentó el crecimiento salarial más rápido en décadas, estimulando la confianza sobre un posible cambio de la política monetaria. Sin embargo, los salarios reales ajustados a la inflación cayeron un 3% interanual en noviembre, acelerando la caída tras perder un 2.3% en octubre. En definitiva, el Banco de Japón no tiene motivos para cambiar la senda de su política monetaria, teniendo en cuenta además que los responsables políticos han señalado que el aumento de los salarios es un requisito previo para abandonar los estímulos monetarios.
Como se ha dicho, es poco probable que el Banco de Japón cambie la política monetaria actual. Es probable que el banco central mantenga el tipo principal de referencia en el -0.1% y el YCC en sus niveles flexibles actuales. Aunque el banco central tiende a hacer anuncios por sorpresa, la posibilidad de una declaración inesperada esta vez es prácticamente nula.
Los participantes del mercado estarán pendientes de las palabras del gobernador Kazuo Ueda, aunque éste ha enfriado su tono desde que asumió el cargo. Ueda prometió una "salida tranquila" a mediados de 2023 y está claramente en esa senda, sin prisa por introducir cambios.
Como nota positiva, el gobernador Ueda afirmó que los precios y los salarios parecían moverse en la dirección correcta en diciembre, aunque añadió que las condiciones seguían siendo inciertas. Es probable que la incertidumbre haya aumentado tras el terremoto que asoló Japón a principios de año, lo que ha llevado a los responsables políticos a mantener una postura de espera.
El Yen japonés reaccionará en consecuencia a las orientaciones del Banco de Japón. Si el banco central insinúa un cambio en la política monetaria, es probable que la moneda local se aprecie. El escenario opuesto se produciría si los responsables políticos ofrecieran un tono conservador, sin insinuar posibles subidas de tasas, incluso sin definir claramente una fecha.
Desde una perspectiva técnica, Valeria Bednarik, analista jefe de FXStreet, señala: "Dadas las expectativas de un Banco de Japón a la espera y la reciente fortaleza del Dólar estadounidense, el par USD/JPY podría subir tras el anuncio. El par alcanzó 148.80 a mediados de enero, un nivel de resistencia inmediato y un posible objetivo alcista en caso de que el banco central adopte una postura pesimista. Las lecturas técnicas en el gráfico diario sugieren que el par está corrigiendo las condiciones de sobrecompra, pero la caída parece limitada. El par se está moviendo por encima de la media móvil simple (SMA) plana de 100 días que está proporcionando un soporte dinámico en torno a 147.50. Los indicadores técnicos retroceden desde sus máximos recientes, pero se mantienen muy por encima de sus líneas medias. Por último, la SMA de 20 días mantiene su pendiente positiva tras cruzar por encima de la SMA de 200 días también alcista."
Bednarik añade: "El par USD/JPY necesitaría prolongar su caída a través de 146.60 para volverse bajista y registrar una caída más sostenida hacia 145.00". Sin embargo, tal escenario parece poco probable. Los inversores también se centran en la temporada de ganancias en EE.UU., con Wall Street a punto de registrar máximos históricos en los próximos días. Unos mercados bursátiles más fuertes tienden a apuntalar al USD/JPY, limitando las posibilidades de una caída más pronunciada".