El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que rastrea el Dólar frente a una cesta de monedas principales, se cotiza justo por debajo de 101.00 el jueves después de que los datos económicos clave de EE.UU. ofrecieran poco impulso al alza. Las ventas minoristas aumentaron un modesto 0.1% en abril, mientras que el Índice de Precios de Producción se suavizó a 2.4% anual, por debajo de las expectativas. Las solicitudes semanales de desempleo se mantuvieron estables en 229K.
Hablando en la Conferencia de Investigación Thomas Laubach, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, reiteró la necesidad de revisar el lenguaje estratégico de la Fed en torno a la inflación y el empleo. La reacción del mercado fue moderada, con los operadores cambiando su enfoque hacia posibles intervenciones en divisas en Asia y el tono deteriorado en las negociaciones entre Rusia y Ucrania.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) muestra indecisión mientras se cotiza alrededor de 101.00, revirtiendo las ganancias modestas de la sesión anterior. La acción del precio está confinada dentro de un rango estrecho entre 100.59 y 101.05. El Índice de Fuerza Relativa (RSI) se sitúa en los 50, y el indicador de Convergencia/Divergencia de Medias Móviles (MACD) indica un leve impulso de compra, aunque el Momentum (10) se lee alrededor de 1.0, reflejando una presión ascendente limitada. El Stochastic RSI rápido en los 70 y el Oscilador Asombroso cerca de 0 sugieren un sesgo neutral a ligeramente alcista. Sin embargo, la perspectiva más amplia sigue siendo bajista, con las SMAs de 100 días y 200 días y varias EMAs en los 100 señalando presión de venta. El soporte inmediato se encuentra en 100.62, 100.59 y 100.56, mientras que la resistencia se observa en 100.92, 101.34 y 101.81. Una ruptura clara por encima de 101.90 o una caída por debajo de 100.22 podría definir el próximo movimiento direccional.
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias. Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés. Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.