La Reserva Federal publicó nuevas directrices sobre la supervisión bancaria, instruyendo a los inspectores a centrarse en los riesgos financieros materiales en lugar de en controles de procedimiento y tareas administrativas. El exvicepresidente, Michael Barr, criticó las nuevas directrices, advirtiendo que debilitarán la supervisión.
Según la Reserva Federal, las directrices actualizadas buscan agilizar las inspecciones y optimizar la asignación de recursos de supervisión. El vicepresidente ha acogido con satisfacción el nuevo marco, afirmando que simplifica la supervisión y reduce las cargas regulatorias innecesarias.
Las directrices se publicaron para los empleados de la Reserva Federal el 29 de octubre, antes de su distribución al público el martes. Según las normas establecidas por la Fed, el proceso de examen se ha alineado con las principales amenazas a la seguridad bancaria, como la calidad crediticia, las presiones de liquidez, las deficiencias de gobernanza y la debilidad operativa.
Michelle Bowman, vicepresidenta de la Reserva Federal, afirmó que las normas tienen como objetivo mejorar la labor de supervisión de la reserva y reforzar la transparencia y la rendición de cuentas. Añadió que la supervisión de los riesgos financieros importantes fortalecería los cimientos del sistema bancario sin limitar las responsabilidades esenciales de la agencia.
Se ha instruido a los examinadores para que se centren en las condiciones financieras que representan un riesgo significativo para las carteras de los bancos o su viabilidad a largo plazo. Las normas establecidas indican que los supervisores deben evitar desviar la atención hacia cuestiones no relevantes, como requisitos de documentación repetitivos o trámites burocráticos.
Según las nuevas directrices, los bancos también podrán autocertificar su cumplimiento en ciertas áreas limitadas y no sustanciales. La Reserva Federal confirmó que la autocertificación reducirá la duplicación de funciones entre los organismos supervisores y permitirá a los examinadores centrarse en los riesgos significativos en lugar de en las revisiones administrativas. De acuerdo con las directrices, se insta a los supervisores a colaborar estrechamente con otros reguladores federales y estatales, como la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC), y a aplazar las inspecciones.
Según un informe , la OCC implementó cambios similares en sus prácticas de supervisión, como la eliminación del riesgo reputacional de sus métricas de evaluación. Las nuevas directrices forman parte de la reforma, llevada a cabo por la administración Trump, de varias normas financieras que se implementaron durante la era Biden tras la crisis de 2008. Además, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor opera actualmente de forma limitada y ha cancelado varias regulaciones vigentes.
Greg Baer,dent y director ejecutivo del Bank Policy Institute, respondió positivamente y expresó su amplio apoyo al anuncio de la Reserva Federal. Baer señaló que los bancos son más resilientes cuando la supervisión prioriza los riesgos financieros importantes en lugar de las tareas administrativas de cumplimiento. Añadió que las asociaciones del sector han insistido en la necesidad de una estructura de supervisión que, según afirman, comunique mejor los riesgos reales de las operaciones bancarias.
A pesar del apoyo de los grupos del sector, el expresidente de la Reserva Federal y actual gobernador de la Junta de la Reserva, Michael Barr, advirtió que las nuevas directrices de múltiples agencias representan un momento crucial, según su análisis de la estabilidad financiera. Barr señaló que el debilitamiento progresivo de los estándares de supervisión dificultaría la intervención temprana de los reguladores cuando los bancos comiencen a asumir riesgos excesivos.
Según Barr, las múltiples vulnerabilidades del sistema bancario surgen gradualmente y pueden requerir una amplia autoridad supervisora para su detección. Argumentó que reducir el alcance de las inspecciones podría llevar a los inspectores a pasar por alto amenazas emergentes que inicialmente no parecen relevantes. Barr también afirmó que estos cambios podrían disminuir las posibilidades de que los inspectores detecten problemas antes de que se extiendan por todo el sistema financiero.
Bowman, el actual vicepresidente, también ordenó una reducción de aproximadamente el 30% en la plantilla de la Reserva Federal, principalmente por jubilación o renuncia. Barr criticó la directiva, afirmando que podría limitar la rapidez y la agilidad de la agencia para responder a los problemas bancarios. Reveló que un menor número de empleados implica menos hallazgos, medidas correctivas más lentas y una menor capacidad para realizar evaluaciones prospectivas.
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