Las acciones de Arm subieron un 7% en las operaciones posteriores al cierre del miércoles después de que la compañía reportara ingresos de 1.140 millones de dólares en el segundo trimestre y dijera que espera alcanzar los 1.230 millones de dólares en el tercer trimestre.
La compañía también proyectó una ganancia de 41 centavos por acción, por encima del pronóstico promedio de Wall Street de 35 centavos. Las acciones habían cerrado a $160,19 en Nueva York antes del repunte.
Arm está claramente desviando cash de una nueva fuente: los centros de datos de IA. La compañía afirmó que está aumentando la demanda de diseños de chips más avanzados para la computación de IA.
Ese cambio se refleja en las cifras y en la estrategia del CEO René Haas. Haas está llevando a la empresa más allá de su negocio original de diseño de chips para móviles, convirtiéndola en un proveedor de diseño más amplio para todo tipo de dispositivos, desde wearables hasta supercomputadoras.
En el segundo trimestre fiscal, que finalizó en septiembre, los ingresos aumentaron un 34% interanual. Arm registró un beneficio de 39 centavos por acción, apenas dos centavos por debajo de la previsión para el próximo trimestre.
De esos 1.140 millones de dólares en ingresos, 515 millones provinieron de licencias, superando ampliamente la estimación promedio de los analistas, que era de 472 millones. Las regalías generaron 620 millones de dólares, también por encima del pronóstico de 586 millones.
Arm obtiene ingresos de dos maneras: cobra por las licencias de uso de sus diseños de chips y recibe regalías cada vez que se distribuye uno de esos chips. Este modelo dual se ha vuelto más valioso a medida que las empresas invierten cash en infraestructura de IA.
A pesar de sutrondesempeño, Arm sigue inmersa en una batalla legal con Qualcomm. Su apuesta por el diseño integral de chips la ha convertido en competidora de algunos de sus clientes más antiguos, lo que también ha supuesto mayores gastos de ingeniería y, por consiguiente, una presión sobre sus márgenes de beneficio. Aun así, Arm no se detiene.
«Los ingresos del tercer trimestre fiscal rondarán los 1230 millones de dólares, con un beneficio de 41 centavos por acción», anunció la compañía en su informe de resultados. Los analistas habían previsto 1100 millones de dólares y 35 centavos, por lo que esta previsión provocó una oleada de compras entre los inversores.
SoftBank, la empresa matriz de Arm, también se suma a la ola de la IA. Según se informa, forma parte del proyecto Stargate de OpenAI, con el objetivo de posicionarse en el centro de la fiebre del oro global de la IA. Si bien Haas confirmó que los productos de Arm tendrían un papel importante, no especificó qué tipo de chips planean desarrollar.
La estrategia de la compañía ahora va mucho más allá de los smartphones. Los chips Arm están presentes en una amplia gama de dispositivos, desde el Google Pixel 10 hasta los futuros vehículos de Tesla. El Pixel 10 incorpora el chip Tensor G5 basado en Arm, que según Google, permite que Gemini funcione 2,6 veces más rápido y con el doble de eficiencia que los chips anteriores.
En el ámbito de los ordenadores personales, el DGX Spark de NVIDIA, un superordenador de IA de escritorio, ya se distribuye con procesadores basados en Arm. Este hardware se utiliza para el entrenamiento, el ajuste y la inferencia de modelos; directamente en el ordenador, no en la nube.
En el sector automotriz, un vehículo eléctrico insignia de un importante fabricante ya funciona íntegramente con la plataforma Arm. Además, el chip AI5 de próxima generación de Tesla, diseñado tanto para automóviles como para robots, también se basa en Arm. Tesla afirma que ofrece un rendimiento de IA 40 veces superior al del chip al que sustituye.
En octubre, Arm firmó un acuerdo estratégico con Meta. Esta alianza integra los núcleos de CPU Neoverse con la infraestructura de IA de Meta, incluyendo los motores de recomendación de Facebook e Instagram. Meta y Arm ahora codiseñan chips para toda la cadena de valor, desde gafas inteligentes hasta centros de datos.
Arm afirma que la creciente demanda energética de los centros de datos de IA se corresponde con su larga trayectoria en chips móviles de bajo consumo. La compañía cree que sus diseños de alta eficiencia energética ahora podrán escalar desde milivatios en dispositivos portátiles hasta megavatios en granjas de servidores de IA.
Y Arm ya está desarrollando diseños personalizados para Amazon y Google, que están expandiendo su infraestructura de IA.
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