El Oro (XAU/USD) cae bruscamente el lunes, bajando un 4.50% y cotizando cerca de 4.330$ al momento de escribir, tras alcanzar un nuevo máximo histórico a finales de la semana pasada. El metal precioso enfrenta una fuerte recogida de beneficios en un entorno de liquidez escasa antes de las vacaciones de fin de año, lo que amplifica el movimiento correctivo tras la fuerte recuperación observada en los últimos meses.
Un rebote moderado en el Dólar estadounidense (USD) también está añadiendo presión sobre el Oro, ya que encarece el metal para los compradores no estadounidenses. Esta recuperación en el Dólar se produce mientras algunos inversores ajustan sus posiciones antes de fin de año, tras el excepcional rendimiento del Oro en 2025.
A pesar del retroceso a corto plazo, el trasfondo macroeconómico más amplio sigue siendo favorable para el metal amarillo. Los mercados continúan anticipando un alivio monetario por parte de la Reserva Federal (Fed) el próximo año, con recortes de tasas esperados para reducir el costo de oportunidad de mantener activos sin rendimiento como el Oro.
Los desarrollos políticos en Estados Unidos (EE.UU.), particularmente las preocupaciones en torno a la independencia del banco central, también están sosteniendo un entorno de incertidumbre que tiende a favorecer los activos de refugio seguro.
En el frente geopolítico, las tensiones persistentes continúan sustentando la demanda estructural de Oro como refugio seguro. Los recientes desarrollos relacionados con Ucrania y la actividad militar de China cerca de Taiwán recuerdan a los inversores que los riesgos geopolíticos siguen elevados, incluso si la dinámica del mercado a corto plazo actualmente favorece una fase de consolidación.
En este contexto, la corrección actual en el Oro parece más una pausa técnica tras un aumento histórico que una reversión de la tendencia más amplia, con factores macroeconómicos y geopolíticos que aún argumentan a favor de un interés sostenido en el metal precioso a medio plazo.
El Oro ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la humanidad, ya que se ha utilizado ampliamente como depósito de valor y medio de intercambio. En la actualidad, aparte de su brillo y su uso para joyería, el metal precioso se considera un activo refugio, lo que significa que se considera una buena inversión en tiempos turbulentos. El Oro también se considera una cobertura contra la inflación y la depreciación de las divisas, ya que no depende de ningún emisor o gobierno concreto.
Los bancos centrales son los mayores tenedores de Oro. En su objetivo de respaldar sus divisas en tiempos turbulentos, los bancos centrales tienden a diversificar sus reservas y a comprar Oro para mejorar la percepción de fortaleza de la economía y de la divisa. Unas reservas de Oro elevadas pueden ser una fuente de confianza para la solvencia de un país. Los bancos centrales añadieron 1.136 toneladas de Oro por valor de unos 70.000 millones de dólares a sus reservas en 2022, según datos del Consejo Mundial del Oro. Se trata de la mayor compra anual desde que existen registros. Los bancos centrales de economías emergentes como China, India y Turquía están aumentando rápidamente sus reservas de Oro.
El Oro tiene una correlación inversa con el Dólar estadounidense y los bonos del Tesoro de EE.UU., que son los principales activos de reserva y refugio. Cuando el Dólar se deprecia, el precio del Oro tiende a subir, lo que permite a los inversores y a los bancos centrales diversificar sus activos en tiempos turbulentos. El Oro también está inversamente correlacionado con los activos de riesgo. Un repunte en el mercado bursátil tiende a debilitar el precio del Oro, mientras que las ventas masivas en los mercados de mayor riesgo tienden a favorecer al metal precioso.
El precio del Oro puede moverse debido a una amplia gama de factores. La inestabilidad geopolítica o el temor a una recesión profunda pueden hacer que el precio del Oro suba rápidamente debido a su condición de activo refugio. Como activo sin rendimiento, el precio del Oro tiende a subir cuando bajan los tipos de interés, mientras que el encarecimiento del dinero suele lastrar al metal amarillo. Aun así, la mayoría de los movimientos dependen de cómo se comporte el Dólar estadounidense (USD), ya que el activo se cotiza en dólares (XAU/USD). Un Dólar fuerte tiende a mantener controlado el precio del Oro, mientras que un Dólar más débil probablemente empuje al alza los precios del Oro.