La Libra esterlina (GBP) se mantiene bajo presión frente a sus principales pares el viernes. La moneda británica ha tenido un rendimiento inferior esta semana, ya que los inversores temen que la Canciller del Tesoro del Reino Unido, Rachel Reeves, pueda enfrentar reacciones negativas en el próximo presupuesto a finales de noviembre debido a los crecientes riesgos fiscales.
Recientemente, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido (OBR) ha pronosticado que la productividad general de la economía podría disminuir en un 0.3%, un escenario que se espera que aumente el déficit fiscal en £21 mil millones hasta 2029-2030.
La situación añade temores de que la Canciller Reeves se vea obligada a ir en contra de sus propias reglas, lo que podría afectar la confianza de los hogares.
Según el grupo de expertos del Instituto de Estudios Fiscales (IFS), ya hay un déficit de £22 mil millones en las finanzas del gobierno, que podría ser cubierto ya sea mediante préstamos o aumentando impuestos a los trabajadores.
La elección de uno o una combinación de ambos llevaría a la Canciller Reeves a incumplir sus propias reglas definidas, ya que el Partido Laborista prometió en su manifiesto electoral que no aumentaría el impuesto sobre la renta, el Seguro Nacional (NI) o el IVA para los trabajadores, y también declaró que el gobierno no pediría prestado para financiar el gasto público diario.
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La Libra esterlina cotiza de manera vulnerable frente al Dólar estadounidense cerca de un mínimo de más de seis meses de alrededor de 1.3115 registrado el jueves. La perspectiva del par sigue siendo bajista ya que cotiza por debajo de la Media Móvil Exponencial (EMA) de 200 días, que está alrededor de 1.3270.
El Índice de Fuerza Relativa (RSI) de 14 días se extiende a la baja por debajo de 40.00, lo que indica que ha surgido un nuevo impulso bajista.
Mirando hacia abajo, el nivel psicológico de 1.3000 actuará como una zona de soporte clave. En el lado positivo, el máximo del martes alrededor de 1.3370 actuará como una barrera clave.
La Libra esterlina (GBP) es la moneda más antigua del mundo (886 d. C.) y la moneda oficial del Reino Unido. Es la cuarta unidad de cambio de divisas (FX) más comercializada en el mundo, representando el 12% de todas las transacciones, con un promedio de 630 mil millones de $ al día, según datos de 2022. Sus pares comerciales clave son GBP/USD, que representa el 11% de FX, GBP/JPY (3%) y EUR/GBP (2%). La Libra esterlina es emitida por el Banco de Inglaterra (BoE).
El factor más importante que influye en el valor de la Libra esterlina es la política monetaria decidida por el Banco de Inglaterra. El Banco de Inglaterra basa sus decisiones en si ha logrado su objetivo principal de "estabilidad de precios": una tasa de inflación constante de alrededor del 2%. Su principal herramienta para lograrlo es el ajuste de los tipos de interés. Cuando la inflación es demasiado alta, el Banco de Inglaterra intentará controlarla subiendo los tipos de interés, lo que encarece el acceso al crédito para las personas y las empresas. Esto es generalmente positivo para la libra esterlina, ya que los tipos de interés más altos hacen del Reino Unido un lugar más atractivo para que los inversores globales inviertan su dinero. Cuando la inflación cae demasiado es una señal de que el crecimiento económico se está desacelerando. En este escenario, el Banco de Inglaterra considerará bajar los tipos de interés para abaratar el crédito, de modo que las empresas se endeudarán más para invertir en proyectos que generen crecimiento.
Los datos publicados miden la salud de la economía y pueden afectar el valor de la libra esterlina. Indicadores como el PIB, los PMI de manufactura y servicios y el empleo pueden influir en la dirección de la Libra esterlina.
Otro dato importante que se publica y afecta a la Libra esterlina es la balanza comercial. Este indicador mide la diferencia entre lo que un país gana con sus exportaciones y lo que gasta en importaciones durante un período determinado. Si un país produce productos de exportación muy demandados, su moneda se beneficiará exclusivamente de la demanda adicional creada por los compradores extranjeros que buscan comprar esos bienes. Por lo tanto, una balanza comercial neta positiva fortalece una moneda y viceversa en el caso de un saldo negativo