El Dólar estadounidense está atravesando un espectacular repunte contra un Yen japonés débil esta semana. El par se ha apreciado más de 500 pips desde el cierre de la semana pasada, alcanzando sus niveles más altos desde finales de enero, a pocos pips por debajo de 153,00.
Una mezcla de debilidad del Yen tras la inesperada victoria de la paloma fiscal Sanae Takaichi en las elecciones del Partido Liberal Democrático de Japón y la fortaleza del Dólar estadounidense en mercados aversos al riesgo ha creado la tormenta perfecta para el Yen japonés.
La nueva líder del LDP, y muy probable próxima primera ministra, no ha dado ninguna pista clara sobre sus políticas. Sin embargo, su perfil como ex asistente del PM Shinzo Abe ha alimentado la especulación de que podría revivir el manual de Abenomics, aumentando el gasto fiscal y obstaculizando los planes de endurecimiento monetario del BoJ.
Etsuro Honda, uno de los asesores más cercanos a Takaichi, observó el lunes que octubre podría ser demasiado pronto para un aumento de tasas de interés, pero se mostró abierto a un aumento de un cuarto de punto en diciembre, si el entorno macroeconómico lo permite.
El Dólar estadounidense, por otro lado, se está fortaleciendo en general. La combinación de una crisis política en Francia, que está golpeando al Euro, preocupaciones fiscales en Japón y la falta de progreso en el cierre del gobierno de EE.UU. ha aplastado el apetito por el riesgo, aumentando la demanda de refugios seguros tradicionales, incluido el Dólar estadounidense.
El enfoque hoy está en la publicación de las minutas de la última reunión de la Fed, pero es poco probable que tengan un impacto significativo en el Dólar estadounidense. Un recorte de tasas a finales de octubre es prácticamente un hecho para el mercado, y los funcionarios de la Fed siguen divididos sobre el camino a seguir.
El Yen japonés (JPY) es una de las divisas más negociadas del mundo. Su valor viene determinado en líneas generales por la marcha de la economía japonesa, pero más concretamente por la política del Banco de Japón, el diferencial entre los rendimientos de los bonos japoneses y estadounidenses o el sentimiento de riesgo entre los operadores, entre otros factores.
Uno de los mandatos del Banco de Japón es el control de divisas, por lo que sus movimientos son clave para el Yen. El BoJ ha intervenido directamente en los mercados de divisas en ocasiones, generalmente para bajar el valor del Yen, aunque se abstiene de hacerlo a menudo debido a las preocupaciones políticas de sus principales socios comerciales. La actual política monetaria ultralaxa del BoJ, basada en estímulos masivos a la economía, ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para luchar contra niveles de inflación de décadas.
La postura del Banco de Japón de mantener una política monetaria ultralaxa ha provocado un aumento de la divergencia política con otros bancos centrales, en particular con la Reserva Federal estadounidense. Esto favorece la ampliación del diferencial entre los bonos estadounidenses y japoneses a 10 años, lo que favorece al Dólar frente al Yen.
El Yen japonés suele considerarse una inversión de refugio seguro. Esto significa que en tiempos de tensión en los mercados, los inversores son más propensos a poner su dinero en la moneda japonesa debido a su supuesta fiabilidad y estabilidad. En épocas turbulentas, es probable que el Yen se revalorice frente a otras divisas en las que se considera más arriesgado invertir.