Según informes, la administración Trump ha comenzado a examinar solicitudes que podrían dar lugar a los primeros envíos de chips de inteligencia artificial H200 de Nvidia a China. Este avance coincide con la firma de una nueva legislación pordent Donald Trump, que otorga al gobierno mayor autoridad para bloquear el flujo de fondos estadounidenses a empresas tecnológicas chinas.
Trump anunció a principios de este mes que planeaba permitir la venta de procesadores H200 de Nvidia a China, con una comisión del 25% para Washington por cada transacción. Eldent argumentó que estas ventas beneficiarían a las empresas estadounidenses al reducir la demanda china de chips de producción nacional, lo que ayudaría a las empresas estadounidenses a mantener su ventaja competitiva.
La propuesta ha provocado duras críticas por parte de legisladores y ex funcionarios de todos los partidos, quienes temen que los poderosos chips puedan aumentar las capacidades militares de Beijing y debilitar el liderazgo de Estados Unidos en el desarrollo de inteligencia artificial.
El Departamento de Comercio, encargado de las decisiones sobre exportación, ha remitido las solicitudes de licencia para la venta de chips a otras tres agencias (Estado, Energía y Defensa) para su opinión, según informaron las fuentes a Reuters. Hablaron bajo condición de anonimato porque el proceso de revisión no es público.
Según las normas actuales, estas agencias tienen 30 días para presentar sus evaluaciones. Un funcionario de la administración afirmó que la revisión sería exhaustiva y no un simple requisito. Sin embargo, Trump tendrá la última palabra, independientemente de las recomendaciones de los demás departamentos.
Un representante de la Casa Blanca no quiso hablar sobre el proceso en curso, pero afirmó que “la administración Trump está comprometida a garantizar el dominio de la tecnología estadounidense, sin comprometer la seguridad nacional”.
La administración Biden había bloqueado previamente la venta de chips de IA avanzados a China y otros países que pudieran servir como vías para el contrabando de tecnología a Pekín. Los funcionarios alegaron riesgos para la seguridad nacional como motivo de estas restricciones.
La postura actual de Trump marca un cambio radical con respecto a su enfoque durante su primera presidencia, cuando tomó medidas enérgicas para limitar el acceso de China a la tecnología estadounidense. En aquel entonces, señaló las acusaciones de que Pekín roba propiedad intelectual estadounidense y utiliza tecnología adquirida comercialmente con fines militares, acusaciones que China niega.
El zar de inteligencia artificial de la Casa Blanca, David Sacks, y otros miembros de la administración Trump ahora sostienen que vender chips avanzados a China en realidad desalienta a empresas chinas como Huawei a trabajar más arduamente para igualar los diseños de vanguardia de Nvidia y AMD.
Como informó Cryptopolitan anteriormente, Nvidia estaba considerando aumentar la producción de H200 después de que los primeros pedidos de China superaran la oferta disponible. Si bien los chips H200 tienen un rendimiento más lento que los procesadores Blackwell actuales de Nvidia para muchas aplicaciones de IA, su uso sigue siendo generalizado y nunca han sido aprobados para compradores chinos.
Trump consideró inicialmente permitir las ventas de una versión menos potente de los chips Blackwell, pero cambió de rumbo y se decidió por el H200.
En materia de inversiones, eldent Trump ha promulgado las medidas más radicales hasta la fecha para monitorear y restringir el destino de los dólares estadounidenses en las empresas tecnológicas chinas. Las disposiciones se dirigen específicamente a las empresas que refuerzan las operaciones militares y de vigilancia de Pekín.
Las restricciones están incluidas en la Ley de Autorización de Defensa Nacional , que dent a entidades en China y otros países problemáticos matic Cuba, Corea del Norte, Venezuela y Rusia, que trabajan en tecnologías con usos tanto comerciales como militares.
“Las inversiones que apuntalan la agresión de la China comunista deben terminar”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, a principios de este mes.
La Cámara aprobó la NDAA la semana pasada y el Senado la aprobó el miércoles, ambas con un gran apoyo bipartidista.
La ley hace permanente y amplía una orden ejecutiva de 2023 de la administración Biden. El Congreso está incorporando la facultad de supervisar, y en ocasiones detener, la financiación estadounidense a proyectos chinos en tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, la computación cuántica y los semiconductores avanzados.
La ley permite aldent utilizar las sanciones de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional para impedir que los estadounidenses compren participaciones significativas de propiedad o deuda en ciertas empresas chinas.
Las entidades atacadas incluyen aquellas con sede en China, Hong Kong y Macao, empresas estatales y compañías vinculadas a funcionarios del Partido Comunista Chino.
Incluso las transacciones que no sean bloqueadas requerirán un informe obligatorio, lo que obligará a las empresas estadounidenses a notificar al gobierno sobre acuerdos que involucren tecnologías chinas sensibles.
Un portavoz de la embajada de China en Washington criticó la legislación, diciendo que “exageraba el concepto de seguridad nacional” y “distorsionaría los flujos normales de inversión entre los dos países”.
El senador John Cornyn de Texas, quien defendió la legislación durante cinco años, declaró: “Cada dólar invertido en China por un inversor estadounidense en una empresa china es un dólar que se destina a la posible producción de armas y tecnología que un día podrían usarse para matar estadounidenses”.
La senadora Catherine Cortez Masto de Nevada dijo que el futuro de la seguridad nacional de Estados Unidos depende de "asegurarnos de permanecer por delante de nuestros adversarios en la carrera por desarrollar tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial y los semiconductores".
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