Amazon está bajo nueva presión a medida que los accionistas presionan para una verificación detallada de sus acuerdos de inteligencia artificial y nube vinculados al ejército de Israel y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
La propuesta, presentada por las Sociedades Misioneras Bautistas Americanas, revisada por Bloomberg, se centra en las normas de IA responsable de la propia compañía. Solicita a la junta directiva que busque casos de discrepancia entre dichas normas y la forma en que Amazon vende sistemas de IA y herramientas en la nube a agencias gubernamentales.
Los inversores quieren que la votación tenga lugar durante la reunión anual de la compañía en mayo.
La presentación se produce mientras otros gigantes tecnológicos se enfrentan a presiones similares. Microsoft, con sede cerca de Amazon y una fuerte competencia en la nube, ha enfrentado protestas de trabajadores y activistas que se oponen a sus vínculos con el ejército israelí durante el conflicto de Gaza.
Tras informes de que los servidores de Microsoft contenían grabaciones de llamadas interceptadas desde zonas palestinas, la empresa eliminó esos archivos. Aún lidia con la presión de grupos que exigen una ruptura total con los clientes israelíes.
Amazon Web Services sigue siendo fundamental para el negocio global de la compañía. Vende almacenamiento alquilado y potencia informática a una escala sin rival.
AWS no ha visto el nivel de protestas internas que afectó a Microsoft, pero los trabajadores y grupos externos han atacado a Amazon y Google por sus roles en el Proyecto Nimbus, una plataforma en la nube del gobierno israelí.
Un empleado de Amazon fue despedido a principios de este año tras criticar dicho acuerdo en canales internos de Slack y posteriormente repartir volantes en la sede de Seattle. El gigante de la nube afirmó que el trabajador infringió las normas al hacer declaraciones destinadas a "amenazar, intimidar, coaccionar o interferir" con líderes y colegas.
Los accionistas también se centran en el DHS, que utiliza un sistema de datos biométricos y biográficos alojado en AWS. La resolución cita denuncias de que unidades del DHS han detenido a personas sin causa justificada y han violado la privacidad, la libertad de expresión y el debido proceso.
Los inversores argumentan que Amazon no puede responsabilizar a su marco de inteligencia artificial si continúa vendiendo herramientas utilizadas en estas operaciones.
El apoyo a la resolución ha aumentado. Aaron Acosta, director de programas de Investor Advocates for Social Justice, afirmó que treinta inversores que respaldan la solicitud poseen al menos 59 millones de dólares en acciones de Amazon.
Afirmó que el grupo incluye organizaciones religiosas, gestoras de activos, planes de pensiones, oficinas familiares y accionistas individuales. Afirman que la política de IA de la compañía promete equidad, privacidad, seguridad y transparencia. El documento declara:
“A pesar de este enfoque, Amazon continúa vendiendo y manteniendotraccon entidades involucradas en aplicaciones de su IA y tecnologías relacionadas que violan los derechos, lo que sugiere una falta de alineación entre sus políticas y su práctica”.
La presentación también recuerda a la junta que estas propuestas casi nunca obtienen el apoyo mayoritario, pero aún así muestran lo que el público y los inversores quieren.
La presión previa ha obligado a Amazon a incorporar candidatos diversos a su junta directiva y a realizar una auditoría de equidad racial de su plantilla. En este caso, los inversores quieren que la junta explique si sustracse ajustan a sus propias normas y qué planes tiene la empresa para el futuro.
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