Microsoft volvió a ser el centro de atención el jueves cuando fue acusado de cobrar de más a decenas de miles de empresas británicas que dependen de Windows Server mientras utilizan plataformas en la nube operadas por Amazon, Google y Alibaba.
La demanda, por valor de 2.100 millones de libras, se encuentra ahora ante el Tribunal de Apelación de la Competencia, al que se le ha solicitado que certifique el caso para que pueda seguir adelante. La acción está impulsada por la abogada especializada en competencia, Maria Luisa Stasi, en representación de casi 60.000 empresas.
El argumento de Stasi es sencillo. Argumenta que Microsoft estableció unas normas de precios que encarecieron la ejecución de Windows Server en plataformas competidoras distintas a su propio sistema Azure. Según ella, esto inclinó el mercado a su favor, obligando a las empresas a asumir costes más elevados de lo necesario.
La abogada de Stasi, Sarah Ford, dijo al tribunal que el gigante tecnológico estaba utilizando prácticas que “sobrecargaban a miles de empresas” al hacer que operar Windows Server en Azure fuera más asequible.
Ford también dijo que “Microsoft degrada la experiencia del usuario de Windows Server” en las nubes de la competencia, lo que, según ella, era parte de una estrategia de abuso coherente destinada a establecer su posición.
Sus comentarios reflejaron preocupaciones arraigadas en la industria de la nube. Los proveedores más pequeños se han quejado durante años de que Microsoft limitan a los clientes a Azure, al encarecer o reducir la eficiencia de ejecutar software clave en otros entornos.
Incluso la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido ha dicho anteriormente que ciertos términos utilizados por Microsoft han “perjudicado materialmente a AWS y Google”.
Microsoft rechaza estas afirmaciones. Considera que la estructura de la empresa, que gestiona Azure y licencia Windows Server a la competencia, puede favorecer la competencia en lugar de obstaculizarla.
La firma dice que el equipo legal de la Stasi no ha ofrecido un método viable para calcular las pérdidas que se le acusa de haber causado y que el caso debería ser desestimado antes de seguir adelante.
Como informó anteriormente Cryptopolitan , los reguladores europeos y del Reino Unido también están examinando si los gigantes de la nube, incluidos Microsoft, Amazon Web Services y Google Cloud, han acumulado demasiada influencia, con preocupaciones que van desde la portabilidad de datos hasta las licencias restrictivas.
En julio, la CMA llegó a una conclusión diferente al publicar un informe que calificaba las normas de licencias en la nube de Microsoft de perjudiciales para la competencia. El organismo de control advirtió que estas normas dificultaban a los clientes cambiar de proveedor o distribuir sus cargas de trabajo entre diferentes nubes.
Microsoft respondió en ese momento diciendo que el análisis no reflejaba la realidad de un sector que “nunca ha sido tan dinámico y competitivo”.
En toda Europa, los reguladores han mostrado un creciente interés en el funcionamiento de los mercados de la nube. La Ley de Mercados Digitales otorga a Bruselas mayores poderes para responder si un pequeño número de grandes empresas se convierten en puntos de acceso esenciales para la infraestructura digital. Los funcionarios han estado considerando si el dominio de AWS, Azure y Google Cloud cumple con ese requisito, lo que les impondría nuevas obligaciones.
Estas medidas podrían incluir obligar a los proveedores a facilitar el movimiento de datos de los clientes, reducir las prácticas de agrupación o mejorar la compatibilidad con otras plataformas.
Si el tribunal permite que la demanda del Reino Unido siga adelante, podría convertirse en uno de los desafíos más importantes que Microsoft ha enfrentado en la era de la nube. Para las empresas involucradas, el caso trata de recuperar dinero que consideran que nunca se les debería haber cobrado.
No te limites a leer noticias sobre criptomonedas. Entiéndelas. Suscríbete a nuestro boletín. Es gratis .