Trump ofreció una cena en la Casa Blanca a la que asistieron algunos de los ejecutivos bancarios más influyentes de Estados Unidos . figuraban financieros como Jamie Dimon de JPMorgan , Larry Fink de BlackRock y David Solomon de Goldman Sachs.
La cena tuvo lugar después de que Trump ya se hubiera reunido con directivos tecnológicos Satya Nadella de Microsoft Altman para hablar sobre inteligencia artificial e inversión estadounidense.
Aunque formalmente se trata de una cena, el evento se considera una maniobra estratégica de la administración para formar alianzas y ayudar a definir la política económica y regulatoria en un entorno económico incierto.
La reunión se produce en un momento crucial. Los hogares estadounidenses siguen sufriendo la presión de la alta inflación, mientras que los bancos lidian con la volatilidad de los tipos de interés y las mayores exigencias de capital. Al convocar a los directores ejecutivos a Washington, el gobierno demuestra su intención de consultar directamente con los líderes del sector a la hora de sopesar los próximos pasos.
dent presidente Trump y su equipo buscan que los bancos desempeñen un papel más activo en la reconstrucción de industrias clave para la seguridad nacional, la energía y la manufactura en Estados Unidos. Invitó a las principales instituciones financieras del país a compartir sus inquietudes y solicitar su apoyo para la formulación de políticas que mantengan una economía tron
JPMorgan anunció recientemente un plan de inversión de 1,5 billones de dólares a 10 años, centrado en sectores como defensa, aeroespacial, energía y tecnología avanzada. El plan también destina 10.000 millones de dólares a inversiones directas de capital y capital riesgo para ayudar a las empresas estadounidenses a expandirse, innovar y contratar a más personal. La Casa Blanca pretende colaborar con instituciones financieras, como JPMorgan, para que estos objetivos sean alcanzables, y los analistas sugieren que el plan demuestra la confianza de los bancos en el apoyo de la administración Trump.
El último año ha sido difícil para la economía estadounidense debido a los aranceles que han generado una importante tensión política, por lo que los ejecutivos vieron la cena como una oportunidad excepcional para compartir sus inquietudes directamente con eldent. Varias personas que asistieron a la cena comentaron que hablaron sobre el futuro de Estados Unidos y coincidieron en que ambos partidos deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos para restablecer la confianza en la economía.
Cuando Trump asumió ladent, Wall Street estaba entusiasmado y creía que impulsaría una agenda favorable a las empresas con menos regulaciones, impuestos más bajos y relacionestroncon otras naciones. Sin embargo, sus esperanzas y optimismo se desvanecieron rápidamente cuando eldent y su administración tomaron decisiones políticas que contradijeron sus expectativas.
Trump introdujo aranceles repentinos y medidas agresivas de reducción de costos que impactaron significativamente la economía, dejando a muchas empresas en incertidumbre sobre su colaboración con la administración.
Sin embargo, en los últimos meses se han observado algunas mejoras y el optimismo, que en su momento decayó, comienza a resurgir. Los reguladores han adoptado un enfoque más flexible en la supervisión bancaria, y los ejecutivos han acogido este cambio con entusiasmo. Los inversores reaccionaron positivamente y las cotizaciones de los principales bancos, como JPMorgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley, alcanzaron nuevos máximos, lo que indica que la Casa Blanca está dispuesta a abordar sus inquietudes.
Por lo tanto, la cena en la Casa Blanca fue esencial para que los ejecutivos compartieran sus inquietudes con eldent y su administración, y sugirieran formas en que los anfitriones y los asistentes pudieran trabajar juntos para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande.
Sin embargo, no todos los altos ejecutivos asistieron a la cena. de Citigroup, Jane Fraser, no pudo asistir debido a un viaje a Asia que tenía planeado con mucha antelación. El director ejecutivo de Bank of America, Brian Moynihan, tampoco fue invitado, a pesar de haberse reunido previamente con el presidente dent tratar asuntos financieros como la privatización de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac.
Fuentes indican que Citi y otros bancos buscan nuevas formas de colaborar con el gobierno, por lo que actúan con cautela en cuanto a sus apariciones públicas y el momento en que se comunican. Su ausencia sugiere que los líderes empresariales siguen vigilando sus interacciones con la Casa Blanca para influir en las políticas, protegiendo al mismo tiempo su reputación.
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