La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, ha anunciado que Japón y Estados Unidos colaborarán para estudiar el desarrollo de la minería de tierras raras en las aguas que rodean la isla Minamitori, situada aproximadamente a 1.900 km (1.180 millas) al sureste de Tokio.
La primera ministra hizo estas declaraciones durante una sesión parlamentaria el jueves, añadiendo que el codesarrollo de tierras raras fue un tema clave en su reunión con eldent estadounidense Donald Trump la semana pasada.
Durante la visita de Trump a Tokio, ambos países firmaron un nuevo acuerdo marco destinado a garantizar el suministro estable de minerales de tierras raras, materiales críticos utilizados en la fabricación de vehículos eléctricos,tronde consumo y tecnologías militares avanzadas, entre otros.
Actualmente, China domina la extracción y el procesamiento mundiales de tierras raras trac representando aproximadamente el 61% de la producción global trac controlando más del 90% de la capacidad de procesamiento. Estados Unidos controla el 12% y Myanmar el 8%.
El plan de Japón para explotar la isla de Minamitori se basa en estudios que han confirmado la presencia de ricos depósitos de lodo con tierras raras dentro de su zona económica exclusiva. Estos depósitos se encuentran a profundidades de entre 5.000 y 6.000 metros, y el gobierno japonés los considera fundamentales para su estrategia de seguridad marítima y económica.
La primera ministra Takaichi anunció que Japón planea iniciar estudios de viabilidad en enero próximo para explorar métodos detracde lodos de tierras raras a profundidades de hasta 6.000 metros. «Consideraremos formas específicas de promover la cooperación entre Japón y Estados Unidos en el desarrollo de tierras raras en torno a la isla Minamitori», afirmó.
Si tiene éxito, la iniciativa podría pasar a una fase de prueba a principios de 2027, en la que se podría utilizar un sistema capaz de recuperar aproximadamente 350 toneladas métricas de lodo al día.
El proyecto podría ayudar a Japón a emerger como un actor importante en el mercado de tierras raras, fortaleciendo la resiliencia de su suministro y ofreciendo una fuente alternativa para Estados Unidos y otros socios.
La alianza entre Japón y Estados Unidos en materia de tierras raras surge tras una disputa económica entre China y Estados Unidos, a raíz de los aranceles y las restricciones a las importaciones entre ambas naciones, lo que ha dado lugar a la consiguiente competencia por los minerales estratégicos.
Recientemente, China impuso restricciones a la exportación de algunos materiales clave y minerales de tierras raras, y esta medida ha alarmado a los gobiernos e industrias occidentales que dependen de estos insumos para semiconductores y tecnologías de energías renovables.
La administración Trump ha convertido la reindustrialización y la independencia de recursos en un pilar fundamental de su agenda económica para el segundo mandato. El mes pasado, Estados Unidos y Australia firmaron un acuerdo crucial sobre minerales y tierras raras , mediante el cual Australia colaborará estrechamente con Washington en la extracción, el procesamiento y el suministro de tierras raras. Este es el primer intento importante de Estados Unidos por frenar el monopolio chino en el mercado.
Para Japón, la iniciativa se alinea con la política económica y de seguridad , que prioriza la producción nacional de materiales estratégicos, la resiliencia de la cadena de suministro, la innovación tecnológica y el fortalecimiento de sus fuerzas armadas.
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