El Oro (XAU/USD) comienza la semana con un pie firme, extendiendo su avance por quinto día consecutivo mientras la incertidumbre sobre la perspectiva de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) mantiene a los operadores a la defensiva. Al momento de escribir, el XAU/USD se cotiza alrededor de 4.345$, justo por debajo de su máximo histórico cerca de 4.381$, marcado el 20 de octubre.
Desde una perspectiva macro más amplia, el metal sigue siendo apoyado por tensiones geopolíticas persistentes. Al mismo tiempo, la continua fuerte demanda de los bancos centrales y las robustas entradas en fondos cotizados en oro (ETFs) están proporcionando un viento de cola constante para los precios.
Los inversores también se están posicionando para un calendario económico estadounidense ocupado en los próximos días, con datos próximos que probablemente darán forma a las expectativas en torno a la senda de política de la Fed hasta 2026. Esta semana, la atención se centra en el retrasado informe de Nóminas No Agrícolas (NFP) de octubre y noviembre, que se publicará el martes, seguido del Índice de Precios al Consumidor (IPC) el jueves.

Desde una perspectiva técnica, la estructura más amplia del Oro sigue siendo constructiva tras un movimiento de continuación alcista por encima de un patrón de triángulo simétrico. En el lado positivo, la resistencia inmediata se observa cerca del nivel de 4.350$, antes de una posible re-prueba del máximo histórico alrededor de 4.381$.
En el lado negativo, la antigua zona de ruptura cerca de 4.250$ ahora actúa como un soporte inicial clave, seguido por la SMA de 50 períodos en ascenso. Un retroceso correctivo más profundo podría atraer un nuevo interés de compra en la región de 4.180$-4.170$.
Los indicadores de impulso también apoyan el lado positivo, con el Índice de Fuerza Relativa (RSI) manteniéndose por encima de 70, señalando un fuerte impulso alcista, mientras que el Índice Direccional Promedio (ADX) en 40 ha aumentado bruscamente, apuntando a condiciones de tendencia en fortalecimiento.
El Oro ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la humanidad, ya que se ha utilizado ampliamente como depósito de valor y medio de intercambio. En la actualidad, aparte de su brillo y su uso para joyería, el metal precioso se considera un activo refugio, lo que significa que se considera una buena inversión en tiempos turbulentos. El Oro también se considera una cobertura contra la inflación y la depreciación de las divisas, ya que no depende de ningún emisor o gobierno concreto.
Los bancos centrales son los mayores tenedores de Oro. En su objetivo de respaldar sus divisas en tiempos turbulentos, los bancos centrales tienden a diversificar sus reservas y a comprar Oro para mejorar la percepción de fortaleza de la economía y de la divisa. Unas reservas de Oro elevadas pueden ser una fuente de confianza para la solvencia de un país. Los bancos centrales añadieron 1.136 toneladas de Oro por valor de unos 70.000 millones de dólares a sus reservas en 2022, según datos del Consejo Mundial del Oro. Se trata de la mayor compra anual desde que existen registros. Los bancos centrales de economías emergentes como China, India y Turquía están aumentando rápidamente sus reservas de Oro.
El Oro tiene una correlación inversa con el Dólar estadounidense y los bonos del Tesoro de EE.UU., que son los principales activos de reserva y refugio. Cuando el Dólar se deprecia, el precio del Oro tiende a subir, lo que permite a los inversores y a los bancos centrales diversificar sus activos en tiempos turbulentos. El Oro también está inversamente correlacionado con los activos de riesgo. Un repunte en el mercado bursátil tiende a debilitar el precio del Oro, mientras que las ventas masivas en los mercados de mayor riesgo tienden a favorecer al metal precioso.
El precio del Oro puede moverse debido a una amplia gama de factores. La inestabilidad geopolítica o el temor a una recesión profunda pueden hacer que el precio del Oro suba rápidamente debido a su condición de activo refugio. Como activo sin rendimiento, el precio del Oro tiende a subir cuando bajan los tipos de interés, mientras que el encarecimiento del dinero suele lastrar al metal amarillo. Aun así, la mayoría de los movimientos dependen de cómo se comporte el Dólar estadounidense (USD), ya que el activo se cotiza en dólares (XAU/USD). Un Dólar fuerte tiende a mantener controlado el precio del Oro, mientras que un Dólar más débil probablemente empuje al alza los precios del Oro.