El miembro de la junta del Banco de Japón (BoJ), Hajime Takata, declaró el lunes que Japón ya ha alcanzado aproximadamente el objetivo de precios del BoJ.
Considera que el BoJ debe responder al hecho de que la inflación general ha superado el 2% desde hace un tiempo.
El miedo inicial sobre el impacto de los aranceles ha disminuido.
El informe Tankan indica que los aranceles no han causado una desaceleración significativa en la economía de Japón.
Se espera que el consumo en Japón continúe aumentando de manera moderada.
Estaba particularmente preocupado por el riesgo de una gran volatilidad en el mercado debido a los aranceles de EE.UU.
Pero la economía de EE.UU. ha evitado una recesión y el yen se está debilitando en lugar de fortalecerse.
Las condiciones están cayendo en su lugar donde los efectos de segunda ronda de la inflación podrían ampliarse.
El BoJ debe "cambiar de marcha" gradualmente en varias etapas al llevar a cabo la política monetaria.
Al momento de escribir, el USD/JPY cotiza un 0.11% más alto en el día en 150.75.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.