Mańana por la mañana, el banco central australiano celebrará su reunión regular, poniendo fin a este mes angustiante de nueve reuniones de bancos centrales del G10. Sin embargo, cualquier cosa que no sea una tasa de interés sin cambios sería una gran sorpresa, ya que el mercado está valorando un recorte de tasas con solo un 3% de probabilidad, y ninguno de los economistas encuestados por Bloomberg espera un cambio, señala el analista de divisas de Commerzbank, Michael Pfister.
"A primera vista, esto puede parecer sorprendente. Desde la última reunión, las cifras del mercado laboral no han sido particularmente impresionantes. En julio, el mercado laboral australiano registró un aumento de 24.500 empleos, aproximadamente como se esperaba, pero esto estaba lejos de las cifras excepcionales del año anterior. En agosto, sin embargo, los empleos en realidad disminuyeron. Solo gracias a un valor atípico al alza en abril, la tendencia móvil de seis meses se mantiene razonablemente bien (ver figura a continuación). Además, las vacantes de empleo trimestrales también disminuyeron en el período hasta agosto. En resumen, el mercado laboral ya no parece ser tan robusto como el año pasado."
"Hay una razón simple por la cual el RBA no está reduciendo las tasas de interés a pesar de esto: los riesgos de inflación aún no se han eliminado. El indicador mensual de inflación superó las expectativas tanto en julio como en agosto, alcanzando el 3.0% interanual — frente al 1.9% previo a la última reunión — y acercándose al límite superior del rango objetivo del 2–3%. Si bien este es solo un indicador (las cifras mensuales de inflación no se implementarán completamente hasta su publicación a finales de noviembre para octubre), es probable que aumente las preocupaciones de los responsables de la toma de decisiones sobre un alivio monetario excesivamente rápido."
"Por lo tanto, el enfriamiento del mercado laboral probablemente no será suficiente para justificar recortes de tasas de interés más rápidos. Antes de su reunión de noviembre, el RBA tendrá nuevas cifras trimestrales de inflación y estará en mejor posición para evaluar la fuerza de la presión inflacionaria. Hasta entonces, sin embargo, es probable que los responsables de la política sean cautelosos, por lo que no se espera que la reunión de mañana tenga mucho impacto en el dólar australiano."