El rublo ruso es la moneda principaltronfuerte del mundo este año, aumentando alrededor de un 45% frente al dólar estadounidense y cotizando cerca de 78 por dólar en 2025.
Según datos de Bloomberg, el rublo se cotiza cerca de niveles vistos por última vez antes de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania hace casi cuatro años, y en los últimos doce meses, la ganancia es el mayor aumento anual de la moneda desde al menos 1994.
Moscú había proyectado un tipo de cambio promedio de 91,2 por dólar para este año, en cambio, el rublo se mantuvotronincluso cuando los precios del petróleo se debilitaron y aparecieron nuevas sanciones de Estados Unidos y Europa.
Esa fortaleza ahora presiona a los exportadores, ya que los ingresos extranjeros se traducen en menos rublos. También está endureciendo las finanzas estatales en un momento en que el gasto bélico sigue siendo elevado.
Una de las principales razones del repunte es el desplome de la demanda de divisas en Rusia. Las sanciones han reducido el acceso a dólares y euros, lo que ha reducido drásticamente la demanda. Al mismo tiempo, el banco central mantuvo los costes de financiación extremadamente altos.
El tipo de interés clave se mantuvo en un nivel récord desde octubre del año pasado hasta junio, antes de ser recortado en un total de cinco puntos porcentuales, hasta el 16%. Estos tipos impulsaron a losdenthacia depósitos y bonos en rublos.
El Banco de Rusia también ha estado activo en el mercado, ya que sus ventas de divisas reflejaron las medidas del Ministerio de Finanzas, en particular cuando comenzó a vender yuanes y oro del Fondo Nacional de Bienestar. El objetivo ha sido compensar la pérdida de ingresos por energía.
Los ingresos del petróleo y el gas cayeron un 22% en los primeros once meses del año, según datos del Ministerio de Finanzas de Rusia, aunque a pesar de eso, el rublo se encuentra entre los cinco activos globales con mejor desempeño en términos de retorno spot este año, detrás del platino, la plata, el paladio y el oro.
Dentro del banco central, la fortaleza ha sido bienvenida como una herramienta contra la inflación.
Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco de Rusia, afirmó que el impacto desinflacionario de la tron moneda aún no ha desaparecido. Sus comentarios indican que las autoridades no se apresuran a debilitar el rublo, aun cuando aumentan las preocupaciones en otros sectores de la economía.
Los economistas del Instituto Stolypin para la Economía del Crecimiento ven un peligro creciente. En un informe publicado este mes, advirtieron que un rublo firme, combinado con un crédito caro, podría llevar la economía hacia la estanflación.
El banco central ahora espera que el crecimiento económico se desacelere al 0,5% al 1% este año, una marcada disminución respecto del 4,3% en 2024.
El instituto afirmó que la moneda está sobrevaluada y perjudica la competitividad. El informe señala que Rusia está "perdiendo sus ventajas naturales como potencia energética, ofreciendo a los consumidores extranjeros mejores condiciones que a los productores nacionales y empeorando el atractivo de la inversión en el país". La advertencia intensificó un debate que ya estaba en marcha en Moscú.
Los líderes empresariales coincidieron en esta opinión. Alexander Shokhin, presidente de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios, afirmó que un rublo más débil beneficiaría a los exportadores, al presupuesto federal y a la economía en general.
"Un rublo más débil beneficiaría no solo a los exportadores y al presupuesto, sino a toda la economía", declaró Alexander a RBC. El grupo de presión tiene previsto reunirse con eldent Vladimir Putin el miércoles para tratar cuestiones económicas.
Los mercados petroleros siguen siendo un riesgo clave. El crudo Brent subió por sexto día consecutivo el miércoles, subiendo 14 centavos, hasta los 62,52 dólares por barril. El West Texas Intermediate de EE. UU. ganó 23 centavos, hasta los 58,61 dólares. Ambostrachan subido alrededor de un 6% desde el 16 de diciembre, cuando los precios cayeron a mínimos de casi cinco años.
Aun así, el petróleo ha tenido un año difícil. El Brent se traca una caída anual del 16%, mientras que el WTI ha bajado alrededor del 18%, marcando sus mayores pérdidas anuales desde 2020, cuando la pandemia de COVID-19 aplastó la demanda mundial. El repunte del rublo continúa a pesar de este contexto.
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