Los inversores dicen que el Banco de Japón probablemente aumentará las tasas de interés porque la inflación en el país este mes se mantuvo estable, lo que refuerza estas expectativas.
Según los datos publicados el viernes, los precios básicos en el país aumentaron un 2,8%, igual que el mes pasado y superando la previsión del 2,7%. Las persistentes estadísticas llegan mientras otros indicadores económicos apuntan a focos de fortaleza.
Los economistas habían pronosticado un aumento del 2,7% en los precios al consumidor en noviembre, pero en realidad subieron un 2,8%, la misma tasa que en octubre. Los costos de la energía aumentaron rápidamente, lo que resultó en facturas más altas para los hogares. Los precios de los alimentos procesados también aumentaron, pero a un ritmo más lento. Sin embargo, no fue suficiente para frenar la inflación.
Estas nuevas cifras indican al Banco de Japón que la inflación se mantiene estable y se extiende a diversas áreas de la economía. Inversores, operadores y empresas argumentan que el banco deberá tomar medidas pronto, ya que los precios están afectando los presupuestos familiares y la economía en su conjunto.
No solo aumenta el costo de los bienes, sino también el de los servicios, y las empresas están trasladando paulatinamente el aumento de sus costos a los consumidores. Los costos de los servicios aumentaron un 1,5%, un aumento aún menor que el de bienes como los alimentos y la electricidad.
Algunos de los precios con mayor crecimiento están empezando a desacelerarse, ya que el precio del arroz ha aumentado un 37,9% en comparación con el 93,8% de abril. Aun así, las familias pagan mucho más por la electricidad, los alimentos y otros productos básicos, lo que les dificulta la vida, y las empresas suben sus precios o ajustan los salarios para cubrir el aumento de los costos.
La inflación está afectando a todos los sectores de la economía, y los operadores afirman que el Banco de Japón tiene todas las razones para aumentar sus tipos de interés en diciembre o a principios de 2026. Los datos indican que es probable que la inflación persista, por lo que ajustar los tipos de interés contribuirá al crecimiento económico a largo plazo.
La economía japonesa sigue creciendo, a pesar del aumento de los costos de bienes y servicios. El Banco de Japón puede utilizar estos datos para conocer las fortalezas y presiones que enfrenta la economía y determinar el mejor momento o período para aumentar las tasas. Las fábricas y las empresas siguen produciendo más bienes, e incluso la producción industrial aumentó un 1,4 %.
La tasa de desempleo también se mantuvo en el 2,6%, y la proporción de empleos por solicitante disminuyó a 1,18. Estas cifras indican que la mayoría de las personas que buscan empleo pueden encontrarlo, ya que hay más vacantes que candidatos disponibles para cubrirlas. En consecuencia, los salarios podrían aumentar con el tiempo a medida que las empresas compiten por los trabajadores.
Sin embargo, el aumento de los salarios podría obligar a las empresas a aumentar los precios de los bienes, lo que a su vez provocaría un aumento aún mayor de la inflación. No obstante, los hogares tendrán más dinero para gastar. Este ciclo indica que la economía japonesa no se está desacelerando. Los inversores y los responsables políticos incluso creen que la economía puede soportar tasas de interés más altas sin colapsar.
El gobierno también está tomando medidas para ayudar a los hogares a gestionar el aumento del coste de la vida y frenar la inflación. El primer ministro, Sanae Takaichi, anunció recientemente un paquete de estímulo de 17,7 billones de yenes (113.000 millones de dólares) para paliar el impacto del aumento del coste de los bienes y servicios.
Los analistas de SMBC Nikko Securities predicen que el estímulo podría reducir el índice básico de precios al consumidor en aproximadamente 0,38 puntos porcentuales el próximo año, lo que resultaría en una ligera desaceleración de la inflación. Sin embargo, los hogares podrían seguir luchando contra el aumento de los costos, incluso con este estímulo, ya que los salarios reales en el país han caído durante nueve meses consecutivos y no pueden seguir el ritmo del aumento de los precios de los alimentos, el combustible y los servicios.
Los sindicatos también dijeron que la inflación seguirá aumentando más rápido que los salarios si el yen sigue débil, por lo que el estímulo no tendrá un efecto significativo a largo plazo, aunque ofrecerá cierto alivio.
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