Ladent Tsai Ing-wen ha reconocido que la industria de semiconductores de Taiwán ha contribuido a fortalecer la resiliencia y la defensa de la isla.
La industria de semiconductores de Taiwán se ha convertido en una parte vital de las cadenas de suministro globales de semiconductores, fortaleciendo la defensa de la isla frente a amenazas externas.
La expresidenta de Taiwán, dent Ing-wen, ha afirmado que la industria de semiconductores de Taiwán no solo impulsa la economía mundial, sino que también fortalece la defensa y la resiliencia de la isla frente a las amenazas externas.
«Nuestro sector de alta tecnología, en particular el de semiconductores, se ha convertido en una parte indispensable de la economía mundial», declaró Tsai el lunes en la Conferencia sobre la Libertad de Berlín. «En una era donde la IA también defiel poder, la industria de chips de Taiwán es un pilar de la prosperidad global».
Añadió que el país está estratégicamente protegido por su tron ecosistema de semiconductores. "Ahora, es una iniciativa como esta la que ayuda a Taiwán a fortalecer su defensa y la resiliencia de su sociedad frente a las amenazas", afirmó .
Taiwán produce la mayoría de los chips más avanzados del mundo a través de empresas como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company ( TSMC ). El dominio de la industria de semiconductores ha convertido a la isla en una pieza clave de las cadenas de suministro globales y en un actor central en los debates geopolíticos entre China y Occidente.
Ante la persistente tensión entre China y Taiwán, la tecnología se ha convertido en parte fundamental de la estrategia de defensa de la isla. Taiwán ha adquirido una suerte de inmunidad, dado que cualquier interrupción en su producción de chips afectaría a industrias de todo el mundo.
Los analistas suelen referirse a esta dinámica como el “escudo de silicio”. Se trata de la idea de que la importancia tecnológica de Taiwán la hace demasiado valiosa como para aislarla o atacarla sin consecuencias globales.
Durante su discurso, Tsai destacó el compromiso de Taiwán de colaborar estrechamente con sus socios internacionales. Afirmó que la isla valora el apoyo de sus aliados en materia de seguridad y economía.
“También estamos dispuestos a asumir nuestra parte de la carga y no damos por sentado el apoyo de nuestros socios en materia de seguridad”, afirmó.
Taiwán, que China reclama como territorio propio, mantiene una única relaciónmatic formal en Europa: con el Vaticano. Sin embargo, muchos países europeos, entre ellos Gran Bretaña, Francia, Lituania y Polonia, han estrechado sus lazos informales con Taipéi a pesar de las objeciones de Pekín.
Estos países han recibido o se han reunido con altos funcionarios taiwaneses, lo que demuestra un creciente interés en la cooperación en materia de comercio, tecnología y gobernanza democrática. Este interés se debe al esfuerzo europeo actual por diversificar las cadenas de suministro tecnológico y reducir la dependencia de China.
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón han intentado fortalecer sus lazos con el sector de semiconductores de Taiwán, invirtiendo fuertemente en la fabricación nacional y manteniendo la colaboración con TSMC y otras empresas taiwanesas.
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