El Euro retrocedió de 172.65 frente al Yen antes de la apertura de la sesión europea, pero se ha mantenido por encima de 172.00, ya que el JPY fluctúa tras el acuerdo comercial con EE.UU. y la renuncia del Primer Ministro Shigeru Ishiba.
Desde una perspectiva más amplia, el par parece estar perdiendo impulso después de haber subido de manera constante durante los últimos dos meses, y se dirige hacia una consolidación o una corrección bajista, ya que los RSI han alcanzado niveles de sobreventa en la mayoría de los marcos temporales.
El Yen japonés repuntó más temprano el miércoles, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció un acuerdo comercial con Japón. El acuerdo incluye un arancel del 15%, por debajo del 25% anunciado en julio y 550.000 millones de dólares en inversiones japonesas en EE.UU.
Sin embargo, la apreciación del Yen fue efímera, ya que la moneda japonesa cayó después de que el Primer Ministro Ishiba anunciara que renunciará a finales de agosto, tras la derrota en las elecciones parlamentarias del fin de semana pasado.
El Euro, por otro lado, no logra obtener un soporte significativo de la debilidad del Yen. La moneda común se mantiene a la defensiva el miércoles, lastrada por la falta de progreso en las negociaciones comerciales y la decisión de política monetaria del BCE del jueves.
Aunque los aranceles y los impuestos generan ingresos gubernamentales para financiar bienes y servicios públicos, tienen varias distinciones. Los aranceles se pagan por adelantado en el puerto de entrada, mientras que los impuestos se pagan en el momento de la compra. Los impuestos se imponen a los contribuyentes individuales y a las empresas, mientras que los aranceles son pagados por los importadores.
Existen dos escuelas de pensamiento entre los economistas respecto al uso de aranceles. Mientras que algunos argumentan que los aranceles son necesarios para proteger las industrias nacionales y abordar los desequilibrios comerciales, otros los ven como una herramienta perjudicial que podría potencialmente aumentar los precios a largo plazo y llevar a una guerra comercial dañina al fomentar aranceles recíprocos.
Durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, Donald Trump dejó claro que tiene la intención de utilizar aranceles para apoyar la economía de EE.UU. y a los productores estadounidenses. En 2024, México, China y Canadá representaron el 42% del total de las importaciones de EE.UU. En este período, México se destacó como el principal exportador con 466.600 millones de dólares, según la Oficina del Censo de EE.UU. Por lo tanto, Trump quiere centrarse en estas tres naciones al imponer aranceles. También planea utilizar los ingresos generados a través de los aranceles para reducir los impuestos sobre la renta personal.