El Yen japonés (JPY) es una de las divisas más negociadas del mundo. Su valor viene determinado en líneas generales por la marcha de la economía japonesa, pero más concretamente por la política del Banco de Japón, el diferencial entre los rendimientos de los bonos japoneses y estadounidenses o el sentimiento de riesgo entre los operadores, entre otros factores.
Uno de los mandatos del Banco de Japón es el control de divisas, por lo que sus movimientos son clave para el Yen. El BoJ ha intervenido directamente en los mercados de divisas en ocasiones, generalmente para bajar el valor del Yen, aunque se abstiene de hacerlo a menudo debido a las preocupaciones políticas de sus principales socios comerciales. La actual política monetaria ultralaxa del BoJ, basada en estímulos masivos a la economía, ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para luchar contra niveles de inflación de décadas.
La postura del Banco de Japón de mantener una política monetaria ultralaxa ha provocado un aumento de la divergencia política con otros bancos centrales, en particular con la Reserva Federal estadounidense. Esto favorece la ampliación del diferencial entre los bonos estadounidenses y japoneses a 10 años, lo que favorece al Dólar frente al Yen.
El Yen japonés suele considerarse una inversión de refugio seguro. Esto significa que en tiempos de tensión en los mercados, los inversores son más propensos a poner su dinero en la moneda japonesa debido a su supuesta fiabilidad y estabilidad. En épocas turbulentas, es probable que el Yen se revalorice frente a otras divisas en las que se considera más arriesgado invertir.
El Dólar estadounidense retrocede algunas de las pérdidas del viernes y se cotiza a 155.85 en el mediodía europeo, por encima del mínimo del viernes de 156.20. El sentimiento de riesgo positivo y las preocupaciones continuas sobre las políticas expansivas de la primera ministra japonesa Takaichi siguen pesando sobre el Yen, que se ha depreciado alrededor del 7% desde principios de octubre.
La noticia de que el gabinete japonés aprobó un paquete de estímulo de 21 billones de Yen (135.000 millones de dólares) el viernes reactivó los temores sobre las ya tensas finanzas públicas del país.
Sin embargo, el par retrocedió el viernes después de que la Ministra de Finanzas japonesa, Takayama, reiterara su preocupación por la volatilidad excesiva y los movimientos especulativos en los mercados de divisas, y advirtiera que las autoridades japonesas tomarán "acciones apropiadas", la amenaza de intervención más clara hasta ahora este año.
Los inversores siguen vendiendo el Yen el lunes, con la esperanza de que el Banco de Japón espere hasta el final de la semana para intervenir en los mercados de divisas. El banco central suele actuar en momentos de baja liquidez del mercado para optimizar el impacto de sus acciones, y esta semana, la festividad de Acción de Gracias en EE.UU. ofrece una gran oportunidad.
El Dólar estadounidense, a su vez, se mantiene débil en medio de la combinación de renovadas esperanzas de un alivio monetario de la Reserva Federal y un sentimiento de mercado más optimista.
El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, aumentó el optimismo de los inversores el viernes, afirmando que el banco central tiene cierto margen para aliviar la política monetaria sin poner en riesgo sus objetivos de inflación, lo que llevó a los inversores a aumentar las expectativas de un recorte de 25 puntos básicos en diciembre. Los comentarios añadieron presión sobre el Dólar estadounidense el viernes.