El Dólar neozelandés revierte las pérdidas anteriores el viernes, impulsado por un leve apetito por el riesgo y la debilidad del Dólar estadounidense, ya que los inversores toman posiciones para un informe suave de Nóminas No Agrícolas de EE.UU. que consolidaría las esperanzas de recortes en las tasas de interés de la Fed.
El par NZD/USD se está negociando en el área de 0.5875 antes de la apertura de la sesión estadounidense del viernes, después de rebotar desde 0.5835 el jueves. Sin embargo, la tendencia más amplia sigue siendo neutral, con el par cotizando lateralmente dentro de un rango de 100 pips por debajo de 0.5930.
Una serie de informes de empleo más débiles de lo esperado vistos a principios de esta semana ha subrayado la imagen de un mercado laboral en suavización, aumentando la presión sobre la Fed para centrarse en la creación de empleo, ya que las presiones inflacionarias se mantienen en niveles moderados.
La mayoría de los responsables de políticas de la Fed han apoyado esa visión en mayor o menor medida, en algunos casos pidiendo recortes de tasas inmediatos para apoyar el crecimiento económico. El mercado ha reaccionado, aumentando las apuestas por un alivio de la Fed en septiembre, prácticamente totalmente descontado antes de la publicación de las Nóminas No Agrícolas, lo que ha pesado sobre el Dólar estadounidense últimamente.
El Dólar neozelandés recibió algo de apoyo de datos positivos de servicios de China, principales socios comerciales de Nueva Zelanda, pero los intentos de alza han permanecido limitados, ya que los inversores descuentan un mayor alivio del RBNZ para los próximos meses. El banco central de Nueva Zelanda recortó su tasa de interés de referencia a un mínimo de tres años del 3% a finales de agosto y sugirió más recortes, citando vientos en contra económicos.
Las condiciones del mercado laboral son un elemento clave para evaluar la salud de una economía y, por lo tanto, un factor clave para la valoración de las divisas. Un alto nivel de empleo, o un bajo nivel de desempleo, tiene implicaciones positivas para el gasto de los consumidores y, por tanto, para el crecimiento económico, lo que impulsa el valor de la moneda local. Por otra parte, un mercado laboral muy ajustado -situación en la que hay escasez de trabajadores para cubrir los puestos vacantes- también puede tener implicaciones en los niveles de inflación y, por tanto, en la política monetaria, ya que una oferta de mano de obra baja y una demanda alta conducen a unos salarios más altos.
El ritmo al que crecen los salarios en una economía es clave para los responsables políticos. Un crecimiento salarial elevado significa que los hogares disponen de más dinero para gastar, lo que suele traducirse en subidas de precios de los bienes de consumo. A diferencia de otras fuentes de inflación más volátiles, como los precios de la energía, el crecimiento salarial se considera un componente clave de la inflación subyacente y persistente, ya que es improbable que los aumentos salariales se deshagan. Los bancos centrales de todo el mundo prestan mucha atención a los datos de crecimiento salarial a la hora de decidir su política monetaria.
El peso que cada banco central asigna a las condiciones del mercado laboral depende de sus objetivos. Algunos bancos centrales tienen mandatos explícitamente relacionados con el mercado laboral más allá de controlar los niveles de inflación. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), por ejemplo, tiene el doble mandato de promover el máximo empleo y unos precios estables. Mientras tanto, el único mandato del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la inflación bajo control. Aún así, y a pesar de los mandatos que tengan, las condiciones del mercado laboral son un factor importante para las autoridades dada su importancia como indicador de la salud de la economía y su relación directa con la inflación.