El Departamento de Trabajo de EE.UU. (DOL) informó el jueves que el número de ciudadanos estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de seguro de desempleo cayó a 227K para la semana que terminó el 5 de julio. La última cifra estuvo por debajo de las estimaciones iniciales y de la cifra revisada de la semana anterior, que se situó en 232K tras ser ajustada desde 233K.
El informe indicó una tasa de desempleo asegurado ajustada estacionalmente del 1,3%. Además, el promedio móvil de cuatro semanas disminuyó en 5.750K, llevándolo a 235.5K desde el promedio revisado de la semana anterior.
Además, las solicitudes continuadas de subsidio por desempleo aumentaron en 10K para alcanzar 1.965M para la semana que terminó el 28 de junio.
El Dólar mantiene su comercio en máximos diarios tras la publicación de los datos, revirtiendo las pérdidas del miércoles y motivando al Índice del Dólar estadounidense (DXY) a recuperar el extremo superior del rango cerca de 97.70.
Las condiciones del mercado laboral son un elemento clave para evaluar la salud de una economía y, por lo tanto, un factor clave para la valoración de las divisas. Un alto nivel de empleo, o un bajo nivel de desempleo, tiene implicaciones positivas para el gasto de los consumidores y, por tanto, para el crecimiento económico, lo que impulsa el valor de la moneda local. Por otra parte, un mercado laboral muy ajustado -situación en la que hay escasez de trabajadores para cubrir los puestos vacantes- también puede tener implicaciones en los niveles de inflación y, por tanto, en la política monetaria, ya que una oferta de mano de obra baja y una demanda alta conducen a unos salarios más altos.
El ritmo al que crecen los salarios en una economía es clave para los responsables políticos. Un crecimiento salarial elevado significa que los hogares disponen de más dinero para gastar, lo que suele traducirse en subidas de precios de los bienes de consumo. A diferencia de otras fuentes de inflación más volátiles, como los precios de la energía, el crecimiento salarial se considera un componente clave de la inflación subyacente y persistente, ya que es improbable que los aumentos salariales se deshagan. Los bancos centrales de todo el mundo prestan mucha atención a los datos de crecimiento salarial a la hora de decidir su política monetaria.
El peso que cada banco central asigna a las condiciones del mercado laboral depende de sus objetivos. Algunos bancos centrales tienen mandatos explícitamente relacionados con el mercado laboral más allá de controlar los niveles de inflación. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), por ejemplo, tiene el doble mandato de promover el máximo empleo y unos precios estables. Mientras tanto, el único mandato del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la inflación bajo control. Aún así, y a pesar de los mandatos que tengan, las condiciones del mercado laboral son un factor importante para las autoridades dada su importancia como indicador de la salud de la economía y su relación directa con la inflación.