En su informe económico regional trimestral publicado el jueves, se espera que el Banco de Japón (BoJ) refleje la incertidumbre sobre cómo los aranceles de EE.UU. afectarán a las empresas locales.
En cuanto al impacto de las políticas comerciales de cada país, algunas regiones dijeron que las empresas estaban posponiendo o revisando sus planes de inversión.
Muchas regiones dijeron que el impacto de los aranceles de EE.UU. en las exportaciones y la producción es limitado por ahora.
Muchas regiones dijeron que las empresas estaban preocupadas por la disminución de la demanda debido al aumento de los precios de venta en EE.UU. y la desaceleración de la economía global.
Muchas regiones dijeron que los aumentos salariales estaban en niveles altos este año fiscal en una amplia gama de industrias.
Algunas regiones citaron solicitudes de empresas de que podrían recortar los bonos de invierno si las ganancias no alcanzan las estimaciones.
En cuanto a la fijación de salarios del próximo año, algunas empresas expresaron preocupación por aumentar aún más los salarios, mientras que otras vieron la necesidad de seguir aumentando los salarios para retener talento.
Muchas regiones dijeron que las empresas continuaron aumentando los precios para trasladar los costos de insumos, mano de obra y distribución.
Algunas regiones vieron a las empresas posponiendo aumentos de precios a medida que los consumidores reducen el gasto.
Muchas regiones dijeron que el consumo de servicios se mantenía firme.
Al momento de escribir, el par USD/JPY está cotizando un 0.01% a la baja en el día, para operar en 146.32.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.