El S&P 500 estableció un mínimo del día en 6.255, donde atrajo compradores agresivos que llevaron el índice a nuevos máximos históricos en 6.303. Al momento de escribir, el S&P 500 opera sobre 6.297, ganando un 0.60% en la jornada del jueves.
De acuerdo con información presentada por la Oficina del Censo de EE.UU., las ventas minoristas aumentaron un 0.6% en junio, mejorando el 0.1% esperado por los analistas y la caída del 0.9% registrada en mayo.
Por otro lado, las peticiones semanales de subsidio por desempleo se ubicaron en 221.000 en la semana que concluyó el 12 de julio, por debajo de las 235.000 previstas y de las 228.000 observadas en la semana previa.
En el entorno bursátil, los valores de Snap-On Incorporated (SNA) ganan un 7.92% en el día, visitando máximos del 2 de abril en 342.57$. SNA anunció su reporte trimestral, obteniendo ingresos por 1.18 mil millones de dólares frente a los 1.16 mil millones de dólares previstos, así como una ganancia por acción de 4.72$ en comparación con los 4.631$ proyectados por el mercado.
En la misma sintonía, los valores de Albemarle Corporation (ALB), suben un 7.57% en la jornada del jueves, alcanzando máximos no vistos desde el 26 de marzo en 76.66$, hilando su segunda jornada consecutiva al alza.
En este contexto, el S&P 500 avanza 37 puntos, registrando un nuevo máximo histórico en 6.303.
El S&P 500 Reaccionó al alza desde un soporte de corto plazo en 5.917, dado por el mínimo del 19 de junio en convergencia con el retroceso al 78.6% de Fibonacci. El siguiente soporte clave se encuentra en 5.742 mínimo del 23 de mayo. Al norte, proyectamos una toma de beneficios en 6.700, número cerrado que converge con la extensión al 127.2% de Fibonacci.
Gráfico diario del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.