El USD/MXN registra pérdidas por cuarta jornada consecutiva este jueves, presentando una continuación progresiva de su retroceso desde el pasado lunes. El par ha caído al mediodía europeo a 18.84, su nivel más bajo desde el 16 de junio. Al momento de escribir, el Dólar pierde un 0.32% frente al Peso mexicano en 18.86..
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) ha retrocedido con fuerza el jueves, precipitándose a la zona de 97.00 puntos en la mañana europea, su nivel más bajo desde marzo de 2022. El motivo principal del descenso ha sido la la información publicada por el Wall Street Journal, que sugería que Donald Trump estaba considerando anunciar el nombre del sustituto de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal en septiembre u octubre. Este movimiento representaría una amenaza a la independencia de la Fed, ya que el presidente de EE.UU. presumiblemente elegirá a alguien favorable a los recortes de tasas. Además, el anuncio prematuro sería visto como una señal de presión antes de la salida de Powell, ya que finaliza su mandato en mayo de 2026.
Estados Unidos ha publicado varios datos relevantes en la pre-apertura de Wall Street, cuyos resultados han dado un leve impulso al Índice del Dólar, que ahora se mueve alrededor de 97.24 aunque permanece muy negativo en el día.
Dos datos han favorecido este pequeño repunte del Dólar. En primer lugar, las peticiones de bienes duraderos, que subieron un 16.4% en mayo, su mayor incremento desde el año 2014. El indicador ha doblado las expectativas del mercado, que preveía un 8.5% de incremento. En segundo lugar, las peticiones semanales de subsidio por desempleo cayeron a 236.000 la semana pasada desde las 246.000 anteriores, mejorando las previsiones de 245.000. El punto negativo ha venido del Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense, que se ha contraído un 0.5% en el primer trimestre del año, ampliando la contracción del 0.2% esperada por el consenso.
El foco de los operadores del USD/MXN gira ahora a Banxico, que anunciará a las 19.00 GMT su decisión sobre las tasas de interés. Aunque se espera un recorte de 50 puntos básicos hasta el 8%, varias voces disidentes dentro del banco central mexicano podrían provocar una rebaja menor, en cuyo caso el Peso podría apreciarse con más fuerza, alcanzando nuevos máximos de 2025.
El subgobernador del banco central, Jonathan Heath, declaró recientemente a Reuters que "si bien soy algo escéptico respecto a que la inflación se comporte como anticipa la proyección oficial, apoyo un enfoque más cauteloso y prudente hasta que la inflación converja hacia nuestra meta del 3%".
Antes del anuncio de Banxico, México ha publicado la balanza comercial de mayo, que ha reportado un superávit comercial de 1.029 millones de dólares, superando los +37 millones esperados por el mercado después que en abril se viera un déficit de 88 millones de dólares.
El Índice de Fuerza Relativa (RSI) apunta a la baja en gráficos de corto, medio y largo plazo, señalando un sesgo bajista generalizado en el par.
El soporte principal aparece en 18.82, suelo de 2025 y de los últimos 10 meses alcanzado en junio. Un quiebre por debajo de este nivel podría provocar un retroceso hacia 18.60, donde están los suelos de finales de agosto.
Al alza, la resistencia inicial está en la zona de 19.05/19.03, donde confluyen las medias móviles de 100 en gráficos de una y cuatro horas. Por encima, la región de 19.35/19.45, donde están los máximos de junio y finales de mayo, contendrá mayores avances.
El Peso mexicano (MXN) es la moneda más comercializada entre sus pares latinoamericanas. Su valor está ampliamente determinado por el desempeño de la economía mexicana, la política del banco central del país, la cantidad de inversión extranjera en el país e incluso los niveles de remesas enviadas por los mexicanos que viven en el extranjero, particularmente en los Estados Unidos. Las tendencias geopolíticas también pueden afectar al MXN: por ejemplo, el proceso de nearshoring (o la decisión de algunas empresas de reubicar la capacidad de fabricación y las cadenas de suministro más cerca de sus países de origen) también se considera un catalizador para la moneda mexicana, ya que el país se considera un centro de fabricación clave en el continente americano. Otro catalizador para el MXN son los precios del petróleo, ya que México es un exportador clave de la materia prima.
El objetivo principal del banco central de México, también conocido como Banxico, es mantener la inflación en niveles bajos y estables (en o cerca de su objetivo del 3%, el punto medio de una banda de tolerancia de entre el 2% y el 4%). Para ello, el banco establece un nivel adecuado de tasas de interés. Cuando la inflación es demasiado alta, Banxico intentará controlarla subiendo las tasas de interés, lo que encarece el endeudamiento de los hogares y las empresas, enfriando así la demanda y la economía en general. Las tasas de interés más altas son generalmente positivas para el Peso mexicano (MXN), ya que conducen a mayores rendimientos, lo que hace que el país sea un lugar más atractivo para los inversores. Por el contrario, las tasas de interés más bajas tienden a debilitar el MXN.
La publicación de datos macroeconómicos es clave para evaluar el estado de la economía y puede tener un impacto en la valuación del peso mexicano (MXN). Una economía mexicana fuerte, basada en un alto crecimiento económico, un bajo desempleo y una alta confianza es buena para el MXN. No solo atrae más inversión extranjera, sino que puede alentar al Banco de México (Banxico) a aumentar las tasas de interés, en particular si esta fortaleza se acompaña de una inflación elevada. Sin embargo, si los datos económicos son débiles, es probable que el MXN se deprecie.
Como moneda de mercado emergente, el Peso mexicano (MXN) tiende a subir durante períodos de riesgo, o cuando los inversores perciben que los riesgos generales del mercado son bajos y, por lo tanto, están ansiosos por participar en inversiones que conllevan un mayor riesgo. Por el contrario, el MXN tiende a debilitarse en momentos de turbulencia del mercado o incertidumbre económica, ya que los inversores tienden a vender activos de mayor riesgo y huir a los refugios seguros más estables.