El Dólar estadounidense se está negociando sin un sesgo claro, por segundo día consecutivo, frente al Yen japonés. Las velas Doji en el gráfico diario destacan la renuencia de los inversores a realizar apuestas direccionales mientras representantes de EE. UU. y China negocian un acuerdo comercial.
Comentarios positivos del presidente estadounidense Trump y del director del Consejo Económico, Kevin Hassett, mantienen vivas las esperanzas de un resultado satisfactorio, pero los operadores observan desde la barrera, a la espera de noticias sobre avances más concretos.
Las dos economías más grandes del mundo buscan regresar al espíritu de la reunión de la semana pasada en Ginebra, que llevó a una reducción significativa de sus aranceles recíprocos. Esta vez, sin embargo, un acuerdo requiere concesiones en aspectos espinosos, como el comercio de tierras raras o las exportaciones de chips.
En Japón, el gobernador del BOJ, Ueda, afirmó que el Banco volverá a subir las tasas cuando estén seguros de que la inflación se acerca al 2%, lo que genera dudas sobre un mayor endurecimiento monetario en los próximos meses y añade presión bajista sobre el Yen japonés.
Estos comentarios han compensado el optimismo de los inversores sobre un Producto Interior Bruto japonés mejor de lo esperado, que se mantuvo plano en el primer trimestre tras una contracción del 0.2% en el trimestre anterior, superando las expectativas de otra desaceleración económica del 0.2%.
El Yen japonés (JPY) es una de las divisas más negociadas del mundo. Su valor viene determinado en líneas generales por la marcha de la economía japonesa, pero más concretamente por la política del Banco de Japón, el diferencial entre los rendimientos de los bonos japoneses y estadounidenses o el sentimiento de riesgo entre los operadores, entre otros factores.
Uno de los mandatos del Banco de Japón es el control de divisas, por lo que sus movimientos son clave para el Yen. El BoJ ha intervenido directamente en los mercados de divisas en ocasiones, generalmente para bajar el valor del Yen, aunque se abstiene de hacerlo a menudo debido a las preocupaciones políticas de sus principales socios comerciales. La actual política monetaria ultralaxa del BoJ, basada en estímulos masivos a la economía, ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para luchar contra niveles de inflación de décadas.
La postura del Banco de Japón de mantener una política monetaria ultralaxa ha provocado un aumento de la divergencia política con otros bancos centrales, en particular con la Reserva Federal estadounidense. Esto favorece la ampliación del diferencial entre los bonos estadounidenses y japoneses a 10 años, lo que favorece al Dólar frente al Yen.
El Yen japonés suele considerarse una inversión de refugio seguro. Esto significa que en tiempos de tensión en los mercados, los inversores son más propensos a poner su dinero en la moneda japonesa debido a su supuesta fiabilidad y estabilidad. En épocas turbulentas, es probable que el Yen se revalorice frente a otras divisas en las que se considera más arriesgado invertir.