El gobernador del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, dijo el viernes que la economía japonesa se está recuperando moderadamente, aunque con algunas debilidades.
La economía de Japón se está recuperando moderadamente, aunque con algunas debilidades.
Se espera que la inflación subyacente aumente gradualmente tras una pausa.
Es probable que la inflación subyacente converja hacia niveles consistentes con nuestro objetivo de precios en la segunda mitad del período de proyección de 3 años.
La tasa real de Japón es significativamente baja.
Se espera seguir aumentando las tasas de interés de acuerdo con las mejoras en la economía y los precios, si se mueven como se proyectó.
El sistema financiero de Japón sigue siendo estable en su conjunto.
Dada la alta incertidumbre sobre los desarrollos comerciales y su impacto, determinaremos sin ninguna preconcepción si nuestras proyecciones económicas y de precios se materializan.
A la hora de escribir, el par USD/JPY estaba bajando un 0.03% en el día a 145.37.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.