El gobierno británico tiene como objetivo aprovechar el impulso reciente tras los acuerdos comerciales con EE.UU. e India. La cumbre Reino Unido-UE del 19 de mayo presenta una oportunidad para comenzar a reducir las barreras no arancelarias. Un acuerdo mejorado con la UE ofrece el mayor beneficio económico de cualquier acuerdo comercial, señalan los economistas de Standard Chartered, Christopher Graham y Saabir Salad.
"El gobierno británico espera aprovechar el impulso que ha generado con la exitosa finalización de acuerdos comerciales con EE.UU. e India en las últimas semanas. Aunque el acuerdo con EE.UU. mantiene un arancel base del 10%, reduce el impacto de los aranceles sectoriales de EE.UU. sobre el Reino Unido. El acuerdo de libre comercio (ALC) Reino Unido-India aún necesita ser ratificado y es poco probable que entre en vigor hasta el próximo año, pero ofrece beneficios comerciales y de crecimiento a largo plazo para el Reino Unido a través de aranceles más bajos y un mejor acceso al mercado. Sin embargo, el mayor premio –y el enfoque clave para el gobierno británico– será un acuerdo comercial revisado con la UE dado el desproporcionado volumen de exportaciones del Reino Unido hacia la UE (Figura 1). La cumbre UE-Reino Unido, que se llevará a cabo en Londres el 19 de mayo, podría proporcionar un trampolín para las negociaciones tras el progreso en un nuevo acuerdo de seguridad y defensa."
"No esperamos que las partes clave del acuerdo del Brexit sean revertidas; el Reino Unido seguirá fuera del mercado único de la UE y de la unión aduanera, y probablemente resistirá un regreso a la libertad de movimiento. Los obstáculos a corto plazo para las negociaciones incluyen la creación de un esquema de movilidad juvenil mutuamente aceptable y un acuerdo a largo plazo sobre derechos de pesca. Dada la histórica reticencia de la UE a permitir la selección de beneficios en lo que respecta al acceso al mercado, existe un claro riesgo de que un acuerdo más amplio tarde más en cristalizarse o no cumpla con las aspiraciones del Reino Unido. Sin embargo, creemos que la voluntad política de ambas partes para mejorar la relación comercial es más fuerte de lo que ha sido desde el referéndum del Brexit de 2016. La perspectiva de un reconocimiento mutuo o alineación regulatoria, al menos en ciertos sectores, podría reducir significativamente las barreras no arancelarias, proporcionando un impulso económico al Reino Unido."