El USD/MXN ha abierto el lunes con un gap a 18.41 desde los 18.36 con que cerró la semana. El par registra ganancias por cuarta jornada consecutiva, cotizándose al momento de escribir sobre 18.40, ganando un 0.23% respecto al cierre del viernes.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) ha alcanzado un máximo de diez días al final de la sesión asiática en 97.82, pero posteriormente ha cedido terreno, mostrándose cauteloso a la espera del discurso sobre perspectivas económicas que Jerome Powell ofrecerá mañana martes ante la Cámara de Comercio de Greater Providence, en Warwick (EE.UU.).
En las últimas horas, varios miembros de la Reserva Federal han comparecido ante los medios. Raphael Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, ha asegurado al Wall Street Journal que ve pocas razones para seguir recortando las tasas de interés por ahora, mientras que Alberto Musalem, responsable de la Fed de Sant Louis, ha señalado que con la inflación aún por encima del 2% podría no quedar mucho margen para más recortes.
La cuarta semana de septiembre llega cargada de datos relevantes para la economía mexicana. El calendario arranca mañana martes con las ventas minoristas de julio, que se espera que hayan subido un 1.6% interanual frente al 2.5% previo. El miércoles se dará a conocer la inflación de primera mitad de mes. Los mercados proyectan un aumento de los precios del 0.19% mensual en el indicador general y del 0.21% en el subyacente, que excluye alimentos y energía. Ambas cifras estarían por encima de los datos previos.
Banxico llegará el jueves, esperándose que anuncie un recorte de tasas de interés de 25 puntos básicos hasta el 7.5% desde el 7.75% anterior. De cumplirse este pronóstico, México tendrá su tasa más baja desde mayo de 2022.
Cualquier sorpresa significativa en los datos podría hacer oscilar al Peso mexicano, por lo que los operadores del USD/MXN estarán muy atentos en una semana que también vendrá determinada por el PIB final del segundo trimestre de EE.UU. y por el dato de inflación del Gasto de Consumo Personal (PCE) de agosto.
Aunque la tendencia general se mantiene a la baja en gráficos de medio y largo plazo, los gráficos de 1 y 4 horas muestran que el Índice de Fuerza Relativa (RSI) de 14 días está por encima de 50, insinuando mayores subidas en las próximas horas.
Al alza, la resistencia inicial aparece en la zona de 18.47, máximo de la semana pasada. Por encima, el par tendrá que superar la barrera de 18.54, media móvil de 100 períodos en gráfico de 4 horas antes de poder dirigirse hacia el nivel máximo de septiembre en 18.86.
A la baja, el nivel clave está en el mínimo de 14 meses registrado el miércoles pasado en 18.19. Un quiebre de esta región llevará al USD/MXN hacia el soporte psicológico de 18.00. Por debajo, podríamos ver un descenso hacia 17.60, mínimo de julio de 2024.
El Peso mexicano (MXN) es la moneda más comercializada entre sus pares latinoamericanas. Su valor está ampliamente determinado por el desempeño de la economía mexicana, la política del banco central del país, la cantidad de inversión extranjera en el país e incluso los niveles de remesas enviadas por los mexicanos que viven en el extranjero, particularmente en los Estados Unidos. Las tendencias geopolíticas también pueden afectar al MXN: por ejemplo, el proceso de nearshoring (o la decisión de algunas empresas de reubicar la capacidad de fabricación y las cadenas de suministro más cerca de sus países de origen) también se considera un catalizador para la moneda mexicana, ya que el país se considera un centro de fabricación clave en el continente americano. Otro catalizador para el MXN son los precios del petróleo, ya que México es un exportador clave de la materia prima.
El objetivo principal del banco central de México, también conocido como Banxico, es mantener la inflación en niveles bajos y estables (en o cerca de su objetivo del 3%, el punto medio de una banda de tolerancia de entre el 2% y el 4%). Para ello, el banco establece un nivel adecuado de tasas de interés. Cuando la inflación es demasiado alta, Banxico intentará controlarla subiendo las tasas de interés, lo que encarece el endeudamiento de los hogares y las empresas, enfriando así la demanda y la economía en general. Las tasas de interés más altas son generalmente positivas para el Peso mexicano (MXN), ya que conducen a mayores rendimientos, lo que hace que el país sea un lugar más atractivo para los inversores. Por el contrario, las tasas de interés más bajas tienden a debilitar el MXN.
La publicación de datos macroeconómicos es clave para evaluar el estado de la economía y puede tener un impacto en la valuación del peso mexicano (MXN). Una economía mexicana fuerte, basada en un alto crecimiento económico, un bajo desempleo y una alta confianza es buena para el MXN. No solo atrae más inversión extranjera, sino que puede alentar al Banco de México (Banxico) a aumentar las tasas de interés, en particular si esta fortaleza se acompaña de una inflación elevada. Sin embargo, si los datos económicos son débiles, es probable que el MXN se deprecie.
Como moneda de mercado emergente, el Peso mexicano (MXN) tiende a subir durante períodos de riesgo, o cuando los inversores perciben que los riesgos generales del mercado son bajos y, por lo tanto, están ansiosos por participar en inversiones que conllevan un mayor riesgo. Por el contrario, el MXN tiende a debilitarse en momentos de turbulencia del mercado o incertidumbre económica, ya que los inversores tienden a vender activos de mayor riesgo y huir a los refugios seguros más estables.