El Dólar estadounidense (USD) se mantiene firmemente posicionado en 104.10, demostrando estabilidad antes de la publicación de los datos clave de EE.UU. previstos para esta semana. Los mercados financieros aguardan con interés los informes económicos sobre el Índice de Precios al Consumo (IPC), el Índice de Precios al Producción (IPP) y las ventas minoristas de enero, que podrían reforzar aún más el posicionamiento del Dólar. Al mismo tiempo, la expectación se centra en los próximos informes sobre la inflación, que se espera que arrojen luz sobre el comportamiento de la economía y la futura postura de la Reserva Federal (Fed)
A principios de febrero, el Dólar estadounidense experimentó notables subidas tras los comentarios de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, en los que indicaba que era improbable un recorte de las tasas de interés en marzo. Subrayó la necesidad de más pruebas de la caída de la inflación antes de que la Fed pudiera considerar la posibilidad de reducir los tipos, por lo que los próximos datos son cruciales. Se espera que la publicación el martes del Índice de Precios al Consumo (IPC) de EE.UU. para enero influya significativamente en la dirección a corto plazo del dólar estadounidense.
Análisis Técnico: Los alcistas del DXY se mantienen firmes, incapaces de conquistar la SMA de 100 días
El índice de fuerza relativa (RSI) se mantiene estable dentro de territorio positivo, lo que indica que la fuerza alcista conserva cierta pegada en la dinámica del índice a pesar de los recientes desplazamientos. La divergencia de convergencia de medias móviles (MACD) también ofrece barras planas verdes, lo que sugiere una tendencia positiva en línea con la postura alcista.
En el ámbito de las medias móviles simples (SMA), el DXY parece rondar por encima de la SMA de 20 días y, del mismo modo, por encima de la SMA de 200 días, lo que indica una sólida perspectiva alcista en el horizonte a más largo plazo. Sin embargo, cotiza justo por debajo de la SMA de 100 días, lo que sugiere cierta presión de venta masiva a corto y medio plazo.
A la vista de estos indicadores, es evidente que el impulso comprador está más presente que la presión vendedora. Si bien los movimientos bajistas han causado cierta perturbación, la resistente corriente subyacente de energía alcista reflejada en el RSI, el MACD y las SMAs denota una perspectiva optimista en la tendencia general.
El Banco de México, también conocido como Banxico, es el banco central del país. Su misión es preservar el valor de la moneda de México, el Peso mexicano (MXN), y fijar la política monetaria. Para ello, su principal objetivo es mantener una inflación baja y estable dentro de los niveles objetivo (en o cerca de su objetivo del 3%, el punto medio de una banda de tolerancia de entre el 2% y el 4%).
La principal herramienta del Banxico para orientar la política monetaria es la fijación de tasas de interés. Cuando la inflación esté por encima del objetivo, el banco intentará controlarla aumentando las tasas, encareciendo el endeudamiento de dinero para los hogares y las empresas y enfriando así la economía. Las tasas de interés más altas son generalmente positivas para el Peso mexicano (MXN), ya que generan mayores rendimientos, lo que convierte al país en un lugar más atractivo para los inversores. Por el contrario, tasas de interés más bajas tienden a debilitar al MXN. El diferencial de tasas con el Dólar, o cómo se espera que Banxico fije las tasas de interés en comparación con la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, es un factor clave.
Banxico se reúne ocho veces al año y su política monetaria está muy influenciada por las decisiones de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Por lo tanto, el comité de toma de decisiones del banco central suele reunirse una semana después que la Reserva Federal. Al hacerlo, Banxico reacciona y en ocasiones anticipa las medidas de política monetaria fijadas por la Reserva Federal. Por ejemplo, después de la pandemia de Covid-19, antes de que la Fed subiera las tasas, Banxico lo hizo primero en un intento de disminuir las posibilidades de una depreciación sustancial del Peso mexicano (MXN) y evitar salidas de capital que pudieran desestabilizar al país.