El Dólar estadounidense (USD) subió a 103.90 en el gráfico del Índice del Dólar (DXY) del viernes, impulsado principalmente por un prometedor informe del mercado laboral que ha convencido a los mercados de que un recorte de tasas en marzo no está en las cartas.
El presidente de la Fed, Powell, reforzó la idea de que un recorte de tasas en marzo es poco probable a pesar de la especulación en curso en los mercados. En esta línea, declaró que la banca vigilará los datos que vayan llegando para fijar el calendario del ciclo de relajación. Dado que el mercado laboral estadounidense sigue siendo tenso, el banco podría plantearse retrasar los recortes de tasas.
Los indicadores en el gráfico diario indican un predominio de la presión compradora, a pesar de algunas señales contrastantes. El índice de fuerza relativa (RSI) deslizándose en una pendiente positiva y en territorio positivo sugiere una acumulación de impulso de compra, que se solidifica aún más por el aumento de las barras verdes de la media móvil convergencia divergencia (MACD). Sin embargo, las medias móviles simples (SMA) emiten señales contradictorias. Aunque el índice está por encima de las SMA de 20 y 200 días, lo que indica una perspectiva alcista, sigue por debajo de la SMA de 100 días, lo que indica un freno bajista.
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés.
Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.