El Dólar estadounidense (USD), expresado por el DXY, se enfrentó a presiones bajistas cayendo hacia 103.05. Sin embargo, las pérdidas del USD podrían verse limitadas si se informan cifras sólidas de la actividad económica, que podrían empujar a los inversores a postergar sus expectativas de recorte de tasas. Las cifras del Gasto en Consumo Personal (PCE) del jueves dictarán el ritmo a corto plazo. Además, las crecientes tensiones en el Mar Rojo también podrían beneficiar al Dólar en las próximas sesiones.
La economía estadounidense mantiene su solidez mientras los operadores esperan datos clave y las reuniones de los bancos centrales de esta semana. A pesar de la falta de datos importantes o de algún portavoz de la Fed, el mercado redujo sus expectativas de flexibilización a aproximadamente 125 puntos básicos en 2024, frente a los casi 175 puntos básicos de principios de mes, lo que ha ayudado a la recuperación del Dólar.
Los indicadores del gráfico diario reflejan una dinámica móvil. Se observa una recesión en el índice de fuerza relativa (RSI). A pesar de encontrarse en territorio positivo, la pendiente negativa indica que el impulso comprador ha ido perdiendo fuerza.
La divergencia de convergencia de media móvil (MACD) también se alinea con esta perspectiva. Las barras verdes decrecientes del histograma MACD ponen de relieve el debilitamiento del impulso alcista.
En cuanto a las medias móviles simples (SMA), el índice se encuentra en una zona de transición clave. Su capacidad para mantenerse por encima de la SMA de 20 días sugiere que los compradores siguen dominando a corto plazo. Dicho esto, el índice está por debajo de las SMA de 100 y 200 días, un claro indicio de que la tendencia a largo plazo sigue favoreciendo a los osos.
Niveles de soporte: 103.00, 102.80, 102.60 (SMA de 20 días).
Niveles de resistencia: 103.50 (SMA de 200 días),103.70, 103.90.
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés.
Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.