Quantum Solutions, una empresa de IA que cotiza en la Bolsa de Tokio, anunció su objetivo de adquirir 3.000 Bitcoin (BTC) en medio del reciente acuerdo comercial de Japón con los Estados Unidos (EE. UU.) y el aumento de los rendimientos de los bonos en el país.
En un comunicado de prensa el miércoles, Quantum Solutions se unió al creciente número de corporaciones japonesas en la carrera por adquirir Bitcoin. La compañía tiene como objetivo recaudar 10 millones $ para financiar la fase inicial de adquisición de BTC, con el objetivo final de alcanzar 3.000 BTC, valorados en más de 356 millones $, en los próximos 12 meses.
Además, la compañía declaró: "en medio de la continua depreciación del yen y la creciente incertidumbre financiera internacional, la inversión y tenencia de Bitcoin están ganando importancia".
Además de Quantum, varias otras empresas japonesas están en la carrera, incluyendo Metaplanet, que posee 16.352 BTC a partir del 24 de julio. Remix Points posee 1.051 BTC, mientras que ANAP holdings y Machouse planean construir una reserva de 1.000 BTC.
El cambio en el sentimiento corporativo hacia Bitcoin se alinea con la disminución de la seguridad financiera en Japón, como se refleja en el colapso de su mercado de bonos. El rendimiento de los bonos del gobierno a 40 años de Japón alcanzó un máximo histórico del 3.375% el miércoles.
La proporción de puja a cobertura cayó a 2.127 el miércoles desde 2.214, el nivel más bajo en 14 años, lo que sugiere una menor liquidez y un sentimiento de aversión al riesgo entre los operadores.
Un bono a 10 años de plazo relativamente corto ha alcanzado un rendimiento máximo histórico del 1.6%, el más alto desde la crisis financiera de 2008.
En medio de tales condiciones, Japón ha acordado un nuevo acuerdo comercial con EE. UU., un cambio impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump. El nuevo acuerdo impone un "arancel recíproco" del 15% sobre los bienes japoneses vendidos o las empresas que operan en EE. UU., un paquete de inversión de 550.000 millones $ en EE. UU., y una participación en las ganancias del 90% de las inversiones en EE. UU.