El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que rastrea el Dólar frente a una cesta de divisas, atrae a algunos compradores por tercer día consecutivo y sube a un máximo de dos semanas, alrededor de la región de 99.70-99.75 durante la sesión asiática del jueves. El movimiento intradía del Dólar estadounidense (USD) al alza está respaldado por los comentarios del presidente de EE.UU., Donald Trump, lo que añade optimismo sobre la posible desescalada de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China.
De hecho, Trump dijo que hay una "muy buena probabilidad de que lleguemos a un acuerdo con China." Además, añadió que tenemos acuerdos comerciales potenciales con India, Corea del Sur y Japón. Sin embargo, el principal funcionario comercial de Trump dijo el miércoles que las negociaciones comerciales con China aún no se han llevado a cabo. Además, el cambio de postura rápidamente de Trump sobre las políticas comerciales y las perspectivas de un alivio más agresivo de la política por parte de la Reserva Federal (Fed) podrían frenar a los alcistas del USD de realizar nuevas apuestas.
Los inversores ahora parecen convencidos de que el banco central de EE.UU. reanudará su ciclo de recortes de tasas en junio y reducirá los costos de endeudamiento en 100 puntos básicos (pbs) para finales de este año. Las expectativas fueron reafirmadas por la decepcionante publicación del PIB de EE.UU., que mostró que la economía se contrajo inesperadamente a un ritmo anualizado del 0.3% durante el primer trimestre de 2025. A esto se suma que el informe ADP sobre el empleo en el sector privado indicó que el mercado laboral de EE.UU. se está enfriando.
Además, el Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE) apuntó a señales de alivio en la presión inflacionaria en EE.UU., proporcionando a la Fed más margen para recortar las tasas de interés en medio de la incertidumbre sobre la agenda económica de Trump. Por lo tanto, será prudente esperar un fuerte seguimiento de compras antes de confirmar que el USD ha formado un mínimo a corto plazo y posicionarse para una extensión de la reciente recuperación moderada desde un mínimo de varios años alcanzado la semana pasada.
Los operadores ahora esperan con interés la agenda económica de EE.UU. del jueves, que incluye la publicación de las solicitudes iniciales de subsidio de desempleo semanales y el PMI manufacturero del ISM. Aparte de esto, se buscarán pistas en el informe de Nóminas No Agrícolas (NFP) de EE.UU. el viernes sobre el camino de recortes de tasas de la Fed. Esto, a su vez, jugará un papel clave en influir en la dinámica de precios del USD y determinar la trayectoria a corto plazo.
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias. Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés. Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.