El S&P 500 reaccionó al alza desde mínimos del 24 de abril en 5.430, encontrando compradores que llevaron el índice a máximos no vistos desde el 2 de abril en 55.57. En estos momentos, el S&P 500 opera sobre 5.559, ganando un 0.05% en la jornada del miércoles.
El empleo en el sector privado en Estados Unidos registró un aumento en 62.000 personas en abril, situándose por debajo de las 108.000 y de las 147.000 observadas el mes anterior.
A la par, el Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE) subyacente aumentó un 2.6% en el mismo periodo, bajando desde el aumento del 3% registrado en febrero, permaneciendo en línea con las estimaciones de los analistas.
Por otro lado, el Producto Interior Bruto de EE.UU. se contrajo un 0.3% en el primer trimestre del año tras crecer un 2.4% en el trimestre anterior. Esta cifra empeora el aumento de un 0.4% proyectado por el mercado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó la postura de la Reserva Federal y señaló que las tasas de interés deberían ser más bajas.
En este contexto, el S&P 500 sube 3 puntos, hilando siete jornadas consecutivas al alza, alcanzando máximos no vistos del 2 de abril en 5.578.
El S&P 500 reaccionó al alza desde un soporte de corto plazo dado por el mínimo del 21 de abril en 5.109. Al norte, la resistencia más cercana la observamos en 5.479 máximo del 9 de abril. La siguiente resistencia clave se encuentra en 5.784, punto pivote del 25 de marzo.
Gráfico diario del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.