El Dólar estadounidense (USD) está atravesando un momento agitado, con los operadores recortando un poco sus posiciones en el Dólar tras la publicación del Índice de Precios al Consumo (IPC) del miércoles. La razón es la lectura final del Índice de Precios de Producción para marzo, que cayó en línea con las estimaciones, mientras que las expectativas eran de otra sorpresa alcista. El hecho de que los productores estén viendo una inflación menos severa que la del IPC anterior significa que para los próximos datos del IPC todavía podría haber cierta relajación.
En cuanto a los datos económicos, todas las miradas están puestas ahora en la reunión del Banco Central Europeo (BCE), en la que Christine Lagarde dará más orientaciones sobre la postura mantenida hasta ahora por el BCE. Los mercados están pendientes de las declaraciones del presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, y de la presidenta de la Fed de Boston, Susan Collins. Es posible que se produzca un pequeño reajuste de los precios, en caso de que los funcionarios de la Fed se opongan un poco al movimiento prolongado del miércoles.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) supera los 105,00 puntos por primera vez este año y marca un nuevo máximo de cinco meses en torno a los 105.32 puntos. Ahora que la Fed podría mantener los tipos de interés estables durante más tiempo que otros bancos centrales importantes, los diferenciales de tipos empezarán a surtir efecto, lo que augura una mayor fortaleza del Dólar estadounidense.
Con el movimiento sísmico del miércoles, hay que marcar nuevos niveles para seguir subiendo. El primer nivel es el máximo del 10 de noviembre en 106.01, justo por encima de 106.00. Más arriba y por encima del nivel redondo de 107.00, el DXY podría encontrar resistencia en 107.35, el máximo del 3 de octubre.
A la baja, también hay que marcar nuevos niveles de soporte, con el primer nivel importante en la gran cifra de 105,00, que puede hacer que el índice DXY orbite a su alrededor, volviendo por debajo y por encima de ella durante un breve periodo de tiempo. Más abajo, 104.60 también debería servir de soporte, antes de esa zona se encuentran las medias móviles simples de 55 y 200 días en 103.97 y 103.84, respectivamente.
La inflación mide la subida de los precios de una cesta representativa de bienes y servicios. La inflación general suele expresarse como variación porcentual intermensual e interanual. La inflación subyacente excluye elementos más volátiles, como los alimentos y el combustible, que pueden fluctuar debido a factores geopolíticos y estacionales. La inflación subyacente es la cifra en la que se centran los economistas y es el nivel objetivo de los bancos centrales, que tienen el mandato de mantener la inflación en un nivel manejable, normalmente en torno al 2%.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) mide la variación de los precios de una cesta de bienes y servicios a lo largo de un periodo de tiempo. Suele expresarse en porcentaje de variación intermensual e interanual. El IPC subyacente es el objetivo de los bancos centrales, ya que excluye la volatilidad de los alimentos y los combustibles. Cuando el IPC subyacente supera el 2%, los tipos de interés suelen subir, y viceversa cuando cae por debajo del 2%. Dado que unos tipos de interés más altos son positivos para una divisa, una inflación más alta suele traducirse en una divisa más fuerte. Lo contrario ocurre cuando la inflación cae.
Aunque pueda parecer contrario a la intuición, una inflación elevada en un país hace subir el valor de su divisa y viceversa en el caso de una inflación más baja. Esto se debe a que el banco central normalmente subirá las tasas de interés para combatir la mayor inflación, lo que atrae más entradas de capital mundial de inversores que buscan un lugar lucrativo donde aparcar su dinero.
Antiguamente, el Oro era el activo al que recurrían los inversores en épocas de alta inflación porque preservaba su valor, y aunque los inversores a menudo siguen comprando Oro por sus propiedades de refugio en épocas de extrema agitación en los mercados, este no es el caso la mayor parte del tiempo. Esto se debe a que cuando la inflación es alta, los bancos centrales suben las tasas de interés para combatirla.
Unas tasas de interés más altas son negativas para el Oro porque aumentan el coste de oportunidad de mantener Oro frente a un activo que devenga intereses o de colocar el dinero en una cuenta de depósito en efectivo. Por el contrario, una menor inflación tiende a ser positiva para el Oro, ya que reduce las tasas de interés, haciendo del metal brillante una alternativa de inversión más viable.