El precio del Oro (XAU/USD) lucha por capitalizar el fuerte movimiento de recuperación del día anterior desde la región de 3.120$, o el nivel más bajo desde el 10 de abril, y atrae a algunos vendedores durante la sesión asiática del viernes. La tregua comercial entre EE.UU. y China por 90 días ha aliviado parte de la presión sobre los mercados globales y se considera un factor clave que actúa como un obstáculo para el lingote de refugio seguro. Sin embargo, los persistentes riesgos geopolíticos y un Dólar estadounidense (USD) más débil podrían frenar a los operadores de abrir posiciones bajistas agresivas en torno a la mercancía en medio de las expectativas de más recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed).
Los datos macroeconómicos de EE.UU. apuntan a señales de presiones inflacionarias y respaldan el caso para un mayor alivio de la política por parte del banco central de EE.UU. Esto lleva a una nueva caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU., manteniendo a los alcistas del USD a la defensiva y debería actuar como un viento de cola para el precio del Oro sin rendimiento. Por lo tanto, será prudente esperar una fuerte venta de seguimiento antes de posicionarse para la reanudación del retroceso del metal precioso desde el pico histórico alcanzado en abril. No obstante, el par XAU/USD sigue en camino de registrar pérdidas semanales en medio del optimismo comercial.
Desde una perspectiva técnica, el buen movimiento de recuperación desde un mínimo de más de un mes se detiene cerca de la media móvil simple (SMA) de 200 períodos en el gráfico de 4 horas, alrededor de la zona de 3.252-3.255, en medio de osciladores aún negativos en el gráfico diario. Esto hace prudente esperar una fuerte compra de seguimiento antes de confirmar que la caída del par XAU/USD observada durante la última semana ha llegado a su fin y abrir nuevas posiciones alcistas.
Mientras tanto, la debilidad por debajo de la marca de 3.200$ podría encontrar cierto soporte cerca de la región de 3.178-3.177. Algunas ventas de seguimiento podrían hacer que el precio del Oro sea vulnerable a acelerar la caída de regreso hacia el mínimo de la noche, alrededor de la zona de 3.120$. La trayectoria a la baja podría extenderse aún más hacia la marca de 3.100$ en dirección al siguiente soporte relevante cerca de la región de 3.060$.
Por el contrario, la zona de 3.252-3.255 podría seguir actuando como un obstáculo inmediato. Una fortaleza sostenida más allá podría desencadenar un nuevo rally de cobertura de cortos y permitir que el precio del Oro recupere la marca de 3.300$. Esta última debería actuar como un punto clave, que, si se supera de manera decisiva, podría anular cualquier sesgo negativo a corto plazo y cambiar el sesgo a favor de los alcistas, allanando el camino para más ganancias.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.