El Gran Hermoso Proyecto de Ley contiene muchos aspectos preocupantes que aumentan aún más el nivel de deuda, sin un fuerte impulso económico. Más allá de los recortes fiscales destacados, también incluye algunas propuestas para varios impuestos, como la Sección 899, que se asemejan mucho a controles de capital. Varios miembros de la administración Trump se han pronunciado a favor de tales controles. Al igual que los aranceles, los controles de capital pueden reducir el déficit comercial y, similar a los aranceles, son estancacionistas. En contraste con los aranceles, los controles de capital en teoría reducen el valor del dólar, informa el economista Rogier Quaedvlieg de ABN AMRO.
"La Sección 899 del Gran Hermoso Proyecto de Ley permite al gobierno de EE.UU. imponer impuestos a individuos y empresas de países con regímenes fiscales 'discriminatorios'. Según la Fundación Fiscal, las naciones con 'impuestos injustos' contribuyen aproximadamente al 80% de la inversión extranjera entrante en EE.UU. En cierta medida, EE.UU. ya poseía esta capacidad bajo la Sección 891 del código fiscal actual, que podría duplicar los impuestos para ciudadanos y empresas de tales países. Una distinción crucial radica en la exención de los intereses de cartera ganados, lo que podría desplazar la demanda extranjera de otras inversiones entrantes hacia los bonos del Tesoro, apoyando aún más la noción de que el gobierno está buscando activamente fortalecer la demanda de bonos del Tesoro."
"Una disminución en la demanda de otros activos estadounidenses llevaría a costos de endeudamiento más altos e inhibiría la inversión, reduciendo la productividad y el crecimiento de tendencia. Los costos de endeudamiento elevados también suprimirían la demanda de importaciones, estrechando la balanza comercial. Sin embargo, también impactaría negativamente la demanda de bienes producidos en el país. La Reserva Federal podría intervenir potencialmente bajando las tasas. Esto suprimiría aún más el dólar, encareciendo las importaciones y estrechando aún más la balanza comercial. Aun así, este escenario enfrenta las mismas limitaciones que ya enfrentó la administración Trump: la economía de EE.UU. no puede producir de inmediato todos los bienes que actualmente importa. La única solución es que EE.UU. consuma menos."
"El impacto general en la economía no sería favorable, y las repercusiones para los mercados financieros podrían ser significativamente peores. Este daño reputacional ha sido, sin duda, un factor importante que ha impulsado la devaluación del dólar en los últimos meses. Si se implementaran controles de capital, habría severos efectos adversos sobre el dólar y los rendimientos. Un dólar depreciado aumentaría la inflación, y tasas más altas dificultarían aún más la inversión. En resumen, aunque los canales difieren de los aranceles, el resultado sigue siendo un shock estancacionista."