El USD/MXN cayó en la apertura europea del viernes a 18.5244, su nivel más bajo desde julio de 2024. A partir de ese momento, el par recuperó tracción, elevándose antes de la sesión americana a un máximo de dos días en 18.5940. Al momento de escribir, el par cotiza sobre 18.56, ganando un 0.11% diario.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) recupera terreno antes del cierre semanal, elevándose en estos momentos a máximos de tres días en 97.90 respaldado por los sólidos datos publicados ayer y hoy en Estados Unidos.
Este viernes, las peticiones de bienes duraderos mostraron una caída del 9.3% en junio tras subir un 16.5% en mayo, pero la cifra mejora el descenso del 10.8% esperado por el mercado. Excluyendo transporte, el indicador ha crecido un 0.2%, superando el aumento del 0.1% estimado.
Además, ayer jueves las peticiones de subsidio por desempleo semanales descendieron a 217.000 la semana pasada desde las 221.000 previas, mejorando las 227.000 previstas por los expertos. Por otra parte, aunque el PMI manufacturero bajó a 49.5 puntos en junio, decepcionando expectativas, el sector servicios extendió su mejora a 55.2 puntos desde los 52.9 anteriores, superando los 53.0 estimados por el consenso.
Con la vista puesta en la reunión de la Fed que tendrá lugar el miércoles de la próxima semana, los operadores del USD/MXN también esperan novedades sobre posibles acuerdos comerciales de Estados Unidos antes de la fecha límite para la implementación de aranceles del 1 de agosto.
La presidenta mexicana Claudia Sheimbaum afirmó ayer que si no se llega a un acuerdo en los próximos días para reducir los aranceles del 30% con que el presidente de EE.UU. amenazó a México, buscará ponerse en contacto personalmente con Donald Trump antes del 1 de agosto. Sheimbaum reconoció en una rueda de prensa el jueves que "se está trabajando con sus equipos y vamos a esperar y, si es necesario, pues haríamos la llamada también".
Al margen de las preocupaciones comerciales, México publicará la próxima semana varios datos clave. El lunes se conocerá la tasa de desempleo y la balanza comercial de junio, pudiendo ambos indicadores mover el Peso mexicano, mientras que el miércoles se revelará el Producto Interior Bruto (PIB) preliminar del segundo trimestre del año. Este último dato será seguido de cerca ya que reflejará cómo ha afectado sobre el crecimiento económico mexicano la incertidumbre generada por la política arancelaria de Trump.
La tendencia general se mantiene fuertemente bajista en el USD/MXN después de alcanzar nuevos mínimos de doce meses al inicio del viernes. El Índice de Fuerza Relativa (RSI) acaba de inclinarse por debajo de la línea de 50 en gráfico horario, sugiriendo un retroceso tras el repunte de las últimas horas.
En dirección sur, el primer soporte espera en 18.52, suelo de 2025 y del último año. Una ruptura de este nivel puede provocar descensos hacia la zona psicológica de 18.00. Por debajo, el obstáculo principal estará en 17.60, mínimo de julio de 2024.
Al alza, es necesaria una ruptura por encima de la zona de resistencia situada entre 18.60/18.66, donde están las medias móviles de 100 períodos en gráficos de una y cuatro horas, para poder extender el aumento hacia 18.88, techo del mes actual registrado el 15 de julio.
El Peso mexicano (MXN) es la moneda más comercializada entre sus pares latinoamericanas. Su valor está ampliamente determinado por el desempeño de la economía mexicana, la política del banco central del país, la cantidad de inversión extranjera en el país e incluso los niveles de remesas enviadas por los mexicanos que viven en el extranjero, particularmente en los Estados Unidos. Las tendencias geopolíticas también pueden afectar al MXN: por ejemplo, el proceso de nearshoring (o la decisión de algunas empresas de reubicar la capacidad de fabricación y las cadenas de suministro más cerca de sus países de origen) también se considera un catalizador para la moneda mexicana, ya que el país se considera un centro de fabricación clave en el continente americano. Otro catalizador para el MXN son los precios del petróleo, ya que México es un exportador clave de la materia prima.
El objetivo principal del banco central de México, también conocido como Banxico, es mantener la inflación en niveles bajos y estables (en o cerca de su objetivo del 3%, el punto medio de una banda de tolerancia de entre el 2% y el 4%). Para ello, el banco establece un nivel adecuado de tasas de interés. Cuando la inflación es demasiado alta, Banxico intentará controlarla subiendo las tasas de interés, lo que encarece el endeudamiento de los hogares y las empresas, enfriando así la demanda y la economía en general. Las tasas de interés más altas son generalmente positivas para el Peso mexicano (MXN), ya que conducen a mayores rendimientos, lo que hace que el país sea un lugar más atractivo para los inversores. Por el contrario, las tasas de interés más bajas tienden a debilitar el MXN.
La publicación de datos macroeconómicos es clave para evaluar el estado de la economía y puede tener un impacto en la valuación del peso mexicano (MXN). Una economía mexicana fuerte, basada en un alto crecimiento económico, un bajo desempleo y una alta confianza es buena para el MXN. No solo atrae más inversión extranjera, sino que puede alentar al Banco de México (Banxico) a aumentar las tasas de interés, en particular si esta fortaleza se acompaña de una inflación elevada. Sin embargo, si los datos económicos son débiles, es probable que el MXN se deprecie.
Como moneda de mercado emergente, el Peso mexicano (MXN) tiende a subir durante períodos de riesgo, o cuando los inversores perciben que los riesgos generales del mercado son bajos y, por lo tanto, están ansiosos por participar en inversiones que conllevan un mayor riesgo. Por el contrario, el MXN tiende a debilitarse en momentos de turbulencia del mercado o incertidumbre económica, ya que los inversores tienden a vender activos de mayor riesgo y huir a los refugios seguros más estables.