El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que mide el valor del Dólar estadounidense frente a una cesta de divisas, se debilitó cerca de 100.60 el miércoles, ya que la inflación más baja de lo esperado y las noticias sobre las discusiones en curso sobre la moneda entre EE.UU. y Corea del Sur presionaron al Dólar. El Oro extendió su venta masiva, cayendo por debajo de 3.200$ por onza por primera vez desde el 11 de abril.
Una pausa en la demanda de ETF en China y un sentimiento geopolítico positivo, que incluye la diplomacia en Oriente Medio y el optimismo comercial con Asia, desencadenaron un cambio más amplio hacia activos más arriesgados. Mientras tanto, los rendimientos en EE.UU. aumentaron, socavando el atractivo del Oro sin rendimiento a pesar de la debilidad del USD. Los operadores ahora miran hacia los datos del PPI y las ventas minoristas más adelante en la semana para obtener más pistas sobre el próximo movimiento de la Fed.
El DXY está exhibiendo una señal bajista, cotizando cerca de 101.00 con pérdidas menores en el día. La acción del precio se encuentra actualmente en un rango medio entre el mínimo y el máximo de la sesión de 100.27 y 101.02, respectivamente. El Índice de Fuerza Relativa (RSI) se sitúa cerca del nivel 50, reflejando un impulso neutral, mientras que el indicador de Convergencia/Divergencia de Medias Móviles (MACD) muestra presión de compra subyacente.
El Índice de Fuerza Relativa Estocástico (rápido) se mantiene elevado en los 80, y el Oscilador Último se sitúa en los 50, ambos sugiriendo dinámicas neutrales. El indicador de Poder Alcista y Bajista se sitúa cerca de 0, insinuando un leve sesgo vendedor. Mientras que la media móvil simple (SMA) de 20 días indica cierto potencial al alza, las medias móviles exponenciales (EMA) de 30 y 50 días, junto con las SMA de 100 y 200 días, todas tienden a ser bajistas. Los niveles clave de soporte se observan en 100.68, 100.51 y 100.50, mientras que los niveles de resistencia se sitúan en 100.91, 101.42 y 101.87.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.