El cruce AUD/JPY atrae a algunos vendedores durante la sesión asiática del miércoles, y por ahora, parece haber interrumpido una racha ganadora de dos días en el área de 95.65, o un máximo de casi dos meses alcanzado el día anterior. Los precios al contado se negocian actualmente alrededor de la región de 95.15, con una caída de casi el 0.30% en el día en medio de un Yen japonés (JPY) en general más fuerte.
El Vicegobernador del Banco de Japón (BoJ), Shinichi Uchida, reiteró el martes que el banco central seguirá subiendo las tasas de interés si la economía y los precios mejoran como se proyecta. Esto se suma a los temores de aumentos de precios más amplios y arraigados en Japón y respalda el caso para una mayor normalización de la política por parte del BoJ, lo que actúa como un viento de cola para el JPY y ejerce cierta presión sobre el cruce AUD/JPY.
El Dólar australiano (AUD), por otro lado, recibe apoyo de un Índice de Precios de Salarios doméstico más caliente de lo esperado. Además, la desescalada de la guerra comercial entre EE.UU. y China modera las apuestas por recortes de tasas más agresivos por parte del Banco de la Reserva de Australia (RBA). Aparte de esto, un Dólar estadounidense (USD) más débil beneficia al AUD y frena a los operadores de realizar apuestas bajistas agresivas en torno al cruce AUD/JPY.
El trasfondo fundamental mencionado respalda las perspectivas de que surjan compradores en niveles más bajos, justificando cierta cautela antes de confirmar que los precios al contado han alcanzado su punto máximo a corto plazo. Los operadores ahora esperan la publicación del crucial informe mensual de empleo de Australia durante la sesión asiática del jueves, que debería proporcionar un nuevo impulso al cruce AUD/JPY.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.