La administración Trump acaba de dar un duro golpe a la cadena de suministro de chips. El lunes, el Departamento de Comercio de EE. UU. confirmó sus planes de invertir 150 millones de dólares en xLight Inc., una startup de semiconductores presidida por el exdirector ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger.
Así lo reveló una carta de intención firmada por la Oficina de Investigación y Desarrollo de Chips de la agencia, que opera bajo el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología.
Según Bloomberg, la medida es parte del esfuerzo continuo de Trump por reconstruir la industria nacional de fabricación de chips y reducir la dependencia del país de la tecnología extranjera.
La misión de xLight es simple: competir con ASML, la empresa holandesa que domina la litografía ultravioleta extrema (EUV). Actualmente, ASML obtiene gran parte de su tecnología láser de Trumpf, un proveedor alemán.
La apuesta de Trump es que xLight puede construir un sistema láser alternativo que coloque esa cadena de suministro nuevamente dentro de las fronteras estadounidenses.
El plan es ayudar a xLight a diseñar y construir un prototipo de láser lo suficientemente potente como para reemplazar el que ASML obtiene de Alemania. Si funciona, se convertirá en una alternativa fabricada en EE. UU. para la misma tarea.
Esto podría brindar a las fábricas estadounidenses una nueva opción, a la vez que ejercería presión sobre el monopolio actual de los EUV. La compañía afirma que el prototipo también representa una oportunidad para impulsar el progreso de la Ley de Moore, la idea de que el número de transistores en un chip se duplica aproximadamente cada dos años.
“Revivir la Ley de Moore y restaurar el liderazgo estadounidense en materia de luz es una oportunidad única en una generación y, con el apoyo del gobierno federal, xLight convertirá la oportunidad en realidad”, afirmó Pat en el comunicado de prensa oficial de xLight.
Ese mismo Pat fue despedido de Intel el año pasado después de que la junta directiva se frustrara con el ritmo de su estrategia de reestructuración. La situación llegó a un punto crítico cuando se reunió con la junta en diciembre pasado para explicar cómo Intel intentaba reducir la brecha con Nvidia .
Tras la reunión, le dijeron a Pat que podía dimitir o ser despedido, y él optó por ello. Bloomberg informó esto, citando a personas familiarizadas con la conversación que no estaban autorizadas a hablar.
Tras la salida de Pat, el director financiero de Intel, David Zinsner, y ladent ejecutiva, Michelle Johnston Holthaus, han asumido el cargo de codirectores ejecutivos, mientras que Frank Yeary, quien preside la junta directiva, ejerce ahora como presidente ejecutivo interino. La junta directiva sigue buscando un director ejecutivo permanente.
Antes de irse, Pat intentó impulsar a Intel hacia los servicios de fabricación de chips, lo que significó competir con TSMC y Samsung por primera vez. Esto representó un gran cambio con respecto al pasado de Intel, donde fabricaba principalmente sus propias CPU.
La estrategia de Pat incluía expandir las fábricas de Intel en todo Estados Unidos, incluido un nuevo megasitio en Ohio que recibió una parte importante de dinero federal a través de la Ley de Chips y Ciencia.
La expansión no fue barata. El balance de Intel acumula ahora más de 50 000 millones de dólares en deuda, y la compañía depende de inversores externos para mantener sus planes a flote. Esto incluye el acuerdo previo de la administración Trump para adquirir cerca del 10 % de Intel, otro intento federal para evitar que la producción estadounidense de chips se retrase aún más.
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