Blue Origin logró aterrizar con éxito el propulsor de su cohete New Glenn por primera vez el jueves 13 de noviembre de 2025.
Esta hazaña, lograda en el segundo intento de la compañía tras el fracaso de enero, acerca la empresa espacial de Jeff Bezos un paso más a la hora de desafiar a SpaceX de Elon Musk, cuyos logros y progresos la han eclipsado durante mucho tiempo.
El cohete New Glenn despegó de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral y continuó la misión ESCAPADE de la NASA a Marte. Tres minutos después del despegue, el propulsor, llamado "Never Tell Me the Odds" (Nunca me digas las probabilidades), se separó, descendió a través de la atmósfera y realizó un aterrizaje controlado en una plataforma flotante en el Océano Atlántico.
Este logro sitúa a Blue Origin entre el reducido grupo de empresas que han conseguido aterrizar un cohete propulsor de clase orbital, un hito que SpaceX alcanzó por primera vez en 2015. Hasta ahora, ninguna otra organización había replicado la hazaña con un propulsor de carga pesada.
El resultado supone un importante impulso para la estrategia de Blue Origin de desarrollar un sistema de lanzamiento reutilizable que pueda competir en coste, frecuencia y capacidad de carga útil. Asimismo, indica que la compañía, fundada por Bezos en 2000, podría estar finalmente en vías de alcanzar a SpaceX tras años de retrasos que permitieron a esta última hacerse con el control casi total del mercado de lanzamientos estadounidense.
La exitosa recuperación del cohete propulsor contrasta con la historia de su lanzamiento inicial en enero y demuestra que Blue Origin ha trabajado en los posibles desafíos que enfrentó durante aquella misión. El cohete propulsor de esa misión se estrelló en el Atlántico debido a una falla en el motor, lo que afectó su capacidad de reencendido durante el descenso.
El propulsor de primera etapa del New Glenn es inusualmente grande para un cohete reutilizable, con casi 58 metros de altura y 7 metros de ancho. En comparación, el propulsor del Falcon 9 de SpaceX mide unos 41 metros de altura y tiene aproximadamente la mitad de diámetro. Las dimensiones del New Glenn hacen que la recuperación controlada sea algo más compleja, sobre todo durante la maniobra final de vuelo estacionario y aterrizaje.
Tras separarse de la segunda etapa, el cohete propulsor encendió sus motores para una maniobra de frenado de 30 segundos antes de dirigirse hacia un lugar de aterrizaje situado a unos 600 kilómetros de la costa de Florida. Una última maniobra permitió que el vehículo se mantuviera suspendido sobre su plataforma flotante, llamada Jacklyn en honor a la madre de Bezos, antes de posarse suavemente sobre la cubierta entre los vítores de los empleados de Blue Origin que seguían la transmisión en directo.
Blue Origin no fue la única beneficiada de la misión del jueves, ya que la NASA también utilizó el Centro Espacial Kennedy New Glenn para desplegar las dos naves espaciales ESCAPADE con destino a Marte. La misión tiene como objetivo estudiar cómo el viento solar y las partículas cargadas interactúan con los campos magnéticos marcianos y comprender su contribución al deterioro de la atmósfera del planeta, un área de creciente interés científico para la exploración humana a largo plazo.
El éxito de Blue Origin llega en un momento en que la NASA y el gobierno estadounidense buscan diversificar sus proveedores de lanzamientos. SpaceX se ha vuelto indispensable y dominante, gestionando la mayoría de los lanzamientos comerciales estadounidenses y realizando misiones de lanzamiento tron .
Sin embargo, ese dominio ha generado preocupación en Washington por la excesiva dependencia de un solotrac.
“New Glenn es el cohete que, por el momento, muestra mayor potencial para competir contra el casi monopolio que SpaceX ha logrado adquirir en el mercado de lanzamientos de carga media y pesada”, dijo Greg Autry, vicerrector de comercialización y estrategia espacial de la Universidad de Florida Central.
El lanzamiento también se enmarca dentro de la estrategia espacial a largo plazo de Bezos. Amazon, su otra gran empresa, está construyendo una red de satélites en órbita terrestre baja para competir con Starlink de SpaceX. El mismo día del aterrizaje del New Glenn, Amazon anunció que su servicio de satélites, anteriormente conocido como Proyecto Kuiper, había cambiado de nombre a Amazon Leo .
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